Medellín

El caso de Timothy Alan Livingston en Medellín disparó denuncias sobre uso de menores en redes de explotación sexual

Desde que ocurrió el sonado incidente en un lujoso apartahotel de la ciudad, el Icbf ha canalizado por lo menos cinco denuncias más.

09 de abril de 2024

Difícilmente a un escándalo por la aberrante utilización de menores de edad en redes de explotación sexual se le puede sacar algo positivo, pero la exposición mediática acerca del caso del estadounidense Timothy Alan Livingston, a quien halló la Policía en un lujoso apartahotel de Medellín con dos niñas de 12 y 13 años, presumiblemente sosteniendo relaciones sexuales, permitió que aumentaran las denuncias sobre este tipo de delitos.

La directora nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familia (Icbf), Astrid Cáceres, informó que desde hace dos semanas, cuando se dio a conocer este hecho que ya arroja medidas como la emisión de una circular azul de la Interpol que facilite la captura del presunto delincuente, se han producido por lo menos otras cinco denuncias de casos similares.

Lo invitamos a leer: Timothy Alan Livingston habría abusado de dos menores de edad en Estados Unidos

“Sacar a la luz el delito ha permitido que se visibilice más el tema y sobre todo que muchas personas que están alrededor y que han visto denuncien”, dijo la funcionaria quien destacó cómo la explotación de niños y niñas en actividades sexuales ha tomado mucha fuerza no solo en el país, sino en América Latina debido al influjo de internet y el auge de espacios improvisados para alquilar como hospedajes u otros que se arriendan por internet, con pocos controles.

También anunció que esta misma semana o la siguiente se puedan informar más resultados en la investigación del caso de Livingston, que ha suscitado un repudio a nivel nacional e internacional.

En una mesa de seguimiento convocada por la Procuraduría en Medellín con entidades de orden nacional y territorial para hablar sobre la trata de personas con fines de explotación sexual, la jefa del ministerio Público, Margarita Cabello Blanco reveló que entre 2023 y lo que va de este año, el ICBF ha atenido a18.507 niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual y que de ellos 331 fueron por explotación sexual.

Cabello Blanco fue enfática en que las autoridades e instituciones deben desplegar acciones no solo por los casos de extranjeros que visitan el país con fines de prostitución y explotación sexual, sino poner la lupa sobre todas las personas que propician de manera pasiva que se abuse de los menores de edad.

Al explicar el modus operandi de las redes ilegales, la Procuradora señaló que este fenómeno delictivo suele implicar el engaño y la coerción de las víctimas, quienes son convencidas de que la explotación sexual es su única salida y en la que en la mayoría de los casos, estas redes organizadas son hábiles en ocultar sus actividades ilegales, por lo cual es difícil detectarlas.

Igualmente, le recomendamos: Alcaldes del Área Metropolitana se unirán en una mesa para prevenir la explotación sexual de niñas y niños_

ICBF habla de la evasión de las dos víctimas

Por otra parte, con relación al caso de Timothy Livingston, la directora del Icbf explicó algunos pormenores sobre la evasión de las dos menores de edad, de 12 y 13 años, que habrían sido victimizadas por Livingston durante la Semana Santa, las cuales habían sido internadas en sitios contratados por el Icbf para el restablecimiento de sus derechos. Estas, según se supo por otras fuentes regionales del Icbf, habrían salido sin permiso entre el sábado pasado y este lunes. Una de ellas fue posteriormente recuperada gracias a la gestión de una defensora de familia que lleva su caso, mientras que la otra permanece aún ausente del centro de protección.

También le sugerimos ver: Juez emite orden de captura contra Timothy Alan Livingston y alistan trámites para pedir circular azul de Interpol

Cáceres explicó que estos no son propiamente centros privativos de la libertad y que las familias de las menores de edad que llegan allí permanecen en contacto permanente con sus familias, pero a veces dentro de esos círculos filiales no hay mucha conciencia sobre la conducta a seguir para preservar los derechos de los niños.

“Tuvimos que hablar con las niñas nuevamente. En estos casos lo que sucede es que piensan que su futuro se lo estamos dañando. Todavía el tema de la vinculación con estas redes es fuerte; hemos encontrado más niñas y más niñas que han entrado en protección y estamos en un llamado a una de las chiquitas que está vinculada con su familia, y su familia siente que trabajar con nosotros puede ser un error”, dijo.

Apuntó que un reto es explicarles que las labores de protección no buscan ir contra ellas, sino “que entiendan que estaban siendo utilizadas y que en esa utilización no hay un futuro posible para ellas”.