Tensión y polarización en elección del rector de la U. de A. recuerdan la votación de 1994
Este martes en la tarde es la nueva cita del Consejo Superior Universitario para elegir al rector del periodo 2024-2027.
Nunca en la historia reciente de la Universidad de Antioquia se habían presentado diez candidatos para ocupar la rectoría, en una elección que, de resultar las cosas como están planeadas, se debe hacer en la tarde de este martes, aunque algunos hacen cábalas de que dada la polarización que se vive se pueda batir otro récord en cuanto a la cantidad de sesiones necesarias y en torno al mecanismo para salir de un atolladero que reviste visos políticos.
Muchos recuerdan que esta coyuntura, con otros factores y protagonistas, se parece a lo ocurrido en 1994, cuando apenas se estrenaba el Estatuto General de la Educación Superior que definió la votación tal como hoy ocurre, porque pasadas tres reuniones la votación estaba dividida 4-4. Al final Jaime Restrepo Cuartas ganó como una tercería para resolver el empate.
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¿Pero qué hace tan apetecible el cargo para que suscite el interés de tantos aspirantes? Para empezar se trata de una de las universidades mejor ranqueadas del país. Una clasificación conocida el mes pasado, y que realizó la consultora española SCImago menciona a la U. de A. como la segunda mejor ubicada a nivel nacional en cuanto a la calidad de su investigación, después de la Universidad Nacional y por encima de similares de carácter privado como Los Andes, la Javeriana y El Rosario, por ejemplo. Por tanto, es un goodwill que se transfiere a quien esté al frente de ella.
Aparte de eso, ser rector no dista mucho de quien detenta un puesto de alcalde o gobernador, guardadas las proporciones, si se considera que es quien manda sobre una institución que, con todo y sus complejidades, tiene casi 8.500 profesores (1.462 titulares, 572 ocasionales y 6.446 de cátedra) y casi 38.500 estudiantes, además de un presupuesto cercano a $1,5 billones al año.
En el plano burocrático, si bien es cierto que la mayoría de los cargos dentro del alma máter son de carrera, el rector conserva la potestad de nombrar a cerca de una veintena de funcionarios de alto nivel. Ahí se cuentan cuatro vicerrectores (Administrativo, de Docencia, de Investigación y de Extensión), cuatro directores en la administración central (Jurídico, de Desarrollo Institucional, de postgrados y de la Sede de Investigaciones Universitarias) más el director de comunicaciones que también es un puesto de alto perfil; al director de la corporación de Ciencias Básicas y al director de Patologías Tropicales; igual que a las cabezas de los institutos de Estudios Regionales –INER-, de Estudios Políticos y de Filosofía.
Fuera de eso, bajo su tutela directa está nominar a los directores de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, de la Escuela de Idiomas, la Escuela de Nutrición y Dietética y la Escuela de Microbiología.
Generalmente se presentan en promedio de cinco a seis candidatos para cada periodo de tres años, pero en esta ocasión hay una decena de personas en contienda, incluido el actual rector en ejercicio, John Jairo Arboleda, y dos exvicerrectores de su administración: Elvia María González y Ramón Javier Mesa. También están el filósofo y periodista Carlos Fernando Arroyave; el trabajador social John Mario Muñoz; el abogado Luquegui Gil; la ingeniera electrónica Natalia Gaviria –hija del exmagistrado Carlos Gaviria-; el profesional en Ciencia y Tecnología de Alimentos Jaime Andrés Cano Salazar; el ingeniero industrial Javier Darío Fernández Ledesma; la profesora y la contadora pública Lina María Muñoz Osorio.
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No obstante, entre ellos ya una primera ronda de votación, efectuada dos semanas atrás, antes del receso de la Semana Santa, habría decantado a los más opcionados en una jornada controvertida tanto por la división interna que reflejó como por la rotura de un pacto de caballeros que obligaba a no revelar los votos individuales.
En esa ocasión los ocho votos del Consejo Superior se repartieron de la siguiente manera: la ingeniera Gaviria obtuvo el respaldo del gobernador Andrés Julián Rendón; del representante de los exrectores, Jaime Restrepo, y del representante de los gremios, Marcos Ossa. De manera que la candidata, a pesar de su ancestro dentro del Polo Democrático fue señalada posteriormente como “ficha” del uribismo.
Entre tanto, Arboleda, se quedó con los votos del representante de los profesores, a través de Pablo Cuartas; el de los decanos, con Wber Ríos, y de los egresados con Gustavo Jiménez. Con ello, aparentemente estos tres consejeros seguían la ruta demarcada en una consulta interna que se realizó antes y que favoreció a quien está repitiendo y busca un tercer periodo.
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Los votos del Gobierno Nacional no ofrecieron sorpresa, al inclinarse por John Mario Muñoz, hermano de uno de los representantes del petrismo en la región, como lo es embajador de Colombia en Nicaragua, León Mario Muñoz.
Y así, la cita terminó con el anuncio de que para resolver la situación se programaba otra sesión para este martes a partir de las 3:00 p.m. en la sede de la Gobernación. Esto debido a que para ser rector de la U. de A. se necesitan por lo menos 5 votos, aunque por protocolo siempre se anuncia la nominación como un acto de unanimidad.
Quienes conocen el intríngulis de este proceso y parten de la confrontación que se ha demostrado entre Petro y Rendón, dan por seguro que los votos de la Gobernación y gremios no se voltearían. Y por eso mismo, si bien en principio se consideraba que tampoco lo harían los apoyos que dependen de Petro, la coyuntura de protestas en la Universidad Nacional —donde la elección de Ismael Peña Reyes ha ocasionado un torbellino interno porque no obedeció a una consulta que se hizo previamente— haría pensar a los representantes del Primer Mandatario en esta segunda oportunidad con respecto al alma máter paisa.
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Otra incógnita está en ver qué tan fieles se mantendrán los voceros de los profesores, egresados y decanos con Arboleda y al resultado de la consulta. Precisamente por eso, previo a las “vacaciones” de la Semana Mayor, algunos se preguntaban por los movimientos que harían los candidatos para arañar votos esquivos.
Si bien fuentes consultadas por EL COLOMBIANO indicaron que no es extraño que el embajador Muñoz vaya a tomar tinto con su pariente y amigos en cercanías al campus de la calle Barranquilla, sí llama la atención la foto publicada por el portal El Armadillo y que correspondería a una reunión de este con varios dirigentes del profesorado universitario. El encuentro habría sido el 20 de marzo, un día después del primer aplazamiento de la elección por el CSU.
¿Se repite la historia?
Personas que vinculadas con la U. de A. desde hace varias décadas recuerdan que una coyuntura similar, en cuanto al clima de tensión y la pugna de poderes, se vivió hace exactamente 30 años, apenas estrenándose el Estatuto General de la Educación Superior que le dio vida a la elección del rector como actualmente se le conoce, es decir a través de una votación en el seno del CSU. Antes de eso, ese puesto simplemente lo ocupaba quien designara a dedo el gobernador de turno.
El exrector Alberto Correa recuerda que en 1994 los candidatos fueron Saúl Franco, que hace poco se desempeñó en la Comisión de la Verdad; el profesor de física Luis Fernando Jaramillo; el director del Instituto de Filosofía, Alfonso Monsalve; el profesor de Educación Bernardo Restrepo y el médico Jaime Restrepo Cuartas.
“Ya habían pasado tres reuniones y la votación estaba dividida 4-4 entre los profesores Monsalve y Bernardo Restrepo. Así es que para la cuarta reunión que fue el 23 de diciembre, el gobernador Álvaro Uribe les dijo que como fuera tenían que ponerse de acuerdo. Entonces, los dos bandos irreconciliables optaron por una tercería y pensaron en Jaime Restrepo”.
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Solo que esa vez la distancia que separaba los bandos no tenía tanto que ver con política, como hoy, sino con visiones académicas diferentes que prometían influir en el futuro de la alma máter, porque mientras uno venía de las ciencias humanas, el otro procedía de las ciencias duras y puras. Surgen entonces tres preguntas posibles: ¿Habrá humo blanco o se igualará el récord de sesiones requeridas? ¿La tercería podría ser esta vez también la solución? y, en caso de serlo, ¿quién sería el protagonista?