Medellín está llena de vallas: un candidato ya tiene 10 instaladas

Ni siquiera se han inscrito las candidaturas en firme para las elecciones regionales de octubre y en distintos sectores de la ciudad pululan vallas, pasacalles y los denominados balconeros. Fotos y nombres de precandidatos que esperan llegar al tarjetón son protagonistas en esta publicidad, que tiene límites por la etapa en la que está el calendario electoral.

Es decir, según algunos expertos, en este momento las vallas deberían estar enfocadas en la búsqueda de apoyo ciudadano a través de la recolección de firmas, pues la campaña electoral (para buscar votos) aún no ha comenzado. Incluso, muchos de los que hoy aparecen en las piezas publicitarias se bajarán del bus y no llegarán a ser candidatos.

La realidad hoy es que, según ha confirmado la Registraduría, para estas elecciones regionales, en comparación con las de 2019, hubo un aumento exponencial en el número de grupos significativos de ciudadanos inscritos para impulsar las candidaturas. Por ello, son más las vallas que pueden verse desde ya este año.

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En promedio, según contaron varios de los precandidatos, una valla de este tipo puede costar entre $2.000.000 y $5.000.000 mensuales, pero los precios varían según la zona en la que estas se instalen, lo que se mide con criterios como el número de vehículos que circulan por un sector determinado.

Las más cotizadas son, por ejemplo, las de la avenida Las Palmas o la glorieta del aeropuerto de Rionegro, por lo cual pueden estar entre las más caras. En un corregimiento la valla puede costar alrededor de $2.500.000 al mes.

Algunas de estas piezas han causado polémica, como es el caso de la del concejal conservador Lucas Cañas, precandidato a la Alcaldía de Medellín, cuya foto aparece al lado de la frase “Lucas para todos” en un montaje sobre un billete de $100.000. Él contaría con aval del Partido Conservador, por lo cual no está recogiendo firmas.

Aunque varios de los que sí están recogiendo firmas no tienen aún este tipo de publicidad, otros ya han instalado hasta 10 vallas, como es el caso del precandidato a la Alcaldía Jaime Mejía, pero también hay quienes llevan dos, tres o cinco. No todas se pagan de los bolsillos de los precandidatos, a unos se las han donado empresas o particulares.

Y otros, como Albert Corredor, han enfocado sus esfuerzos en los barrios más pobres de la ciudad. Él ha repartido los llamados “balconeros” en las casas de algunos ciudadanos, pero también tiene vallas en otros sectores.

Desde la Alcaldía de Medellín informaron que a la fecha no han recibido solicitudes de vallas electorales ni pasacalles. “Las vallas que se ven son privadas, el propietario de la valla debe de informar el cambio de publicidad, pero hasta el momento no lo han hecho”, manifestaron. Con base en esta situación, agregaron, el Distrito podría regular informándole al inspector que tenga competencia para que actúe.

La Alcaldía también explicó que cada campaña podrá instalar hasta 16 vallas publicitarias en el Distrito Capital y en los demás municipios hasta ocho. Este panorama, sin duda, cambiará cuando las candidaturas definitivas estén inscritas y las vallas ya se enfoquen en conquistar los votos de la ciudadanía .