Medellín

¿Por qué la temida banda del Tren de Aragua no ha entrado a Medellín?

Tres homicidios y la aparición de bandas criminales conformadas por venezolanos despertaron el temor de la presencia del Tren de Aragua en la ciudad, sin embargo, el imperio criminal de la llamada Oficina ha impedido que la estructura internacional se enquiste en Medellín.

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20 de febrero de 2024

Como si fuera una gran muralla, las estructuras delincuenciales de Medellín se han convertido en una barrera para que cualquier organización de otra latitud pueda ingresar al territorio. Eso explica que el inestable equilibrio del poder criminal local haya resistido, pese a la conformación reciente de grupos delincuenciales de venezolanos en la ciudad y la vinculación del Tren de Aragua en tres homicidios puntuales en el último año. Lo que nunca se sabe es por cuánto tiempo.

Tanto el secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, como la directora seccional de Fiscalías Medellín, Yiri Milena Amado, niegan tajantemente la presencia de esta organización delincuencial transnacional, versión que corroboran algunos expertos, basándose en el enraizado control territorial que tienen las bandas locales, las cuales están distribuidas entre las independientes y las que están ligadas al Clan del Golfo y a La Oficina, que no dejan zonas libres para que esta banda venezolana pueda ingresar fácilmente, como sí ocurrió en Bogotá, Cúcuta, Villa del Rosario (Norte de Santander) e Ipiales (Nariño), por hablar únicamente de Colombia.

“Medellín está consolidada de estructuras criminales, mientras que Bogotá no había tenido un gran control criminal y ahí es más fácil que entren a ejercer el control territorial”, explica Santiago Tobón, profesor e investigador del Centro de Valor Público de la Universidad Eafit.

Sin embargo, Ronna Risquez Sánchez, periodista, investigadora venezolana y autora del libro El Tren de Aragua, señaló que no es descabellado que en el corto plazo pueda haber presencia de esta organización, siempre haciendo uso de la negociación con quienes históricamente han controlado las rentas criminales en Medellín.

“En muchos territorios el Tren de Aragua no ingresa de manera violenta, sino que busca hacer negociaciones de zonas para poder empezar a ejercer el control de algunas rentas, como ya ha ocurrido en otras zonas”, manifestó.

De hecho, en el bajo mundo se ha rumorado que emisarios del Tren de Aragua habrían llegado a la ciudad para hablar con cabecillas de La Oficina para buscar acercamientos, pero no se habría consumado ningún acuerdo entre ambas partes.

Carlos Zapata, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos y de Paz del Instituto Popular de Capacitación (IPC), explicó que la gran dificultad para que el Tren de Aragua pueda entrar al Valle de Aburrá se debe a que “Medellín, contrario a otras ciudades, tiene una criminalidad muy organizada y hay un proceso de resistencia muy fuerte que impide la entrada de estas estructuras transnacionales”.

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Esta gran barrera que impide la entrada libre de esta organización, oriunda del estado de Aragua, en el norte de Venezuela, está compuesta por las 20 bandas criminales que se encargan del control de los cerca de 350 combos que están ubicados no solo en las 16 comunas y cinco corregimientos de Medellín, sino en los otros nueve municipios que conforman el Valle de Aburrá, de acuerdo con la investigación conjunta de la Universidad Eafit, la Universidad de Chicago y la entidad Innovations for Poverty Action (IPA).

Se han escuchado en el Centro

Este control criminal organizado se da pese a que hay estructuras criminales exclusivamente de venezolanos en zonas como El Poblado y el Centro de Medellín, las cuales estarían rindiendo cuenta a las organizaciones existentes lideradas por colombianos.

No obstante, en algunos sectores de la comuna 10 (La Candelaria) sí se ha escuchado mencionar el nombre del Tren de Aragua por parte de algunos grupos de criminales, pero para los expertos y las mismas autoridades esto sería más una estrategia para generar temor entre sus víctimas y no porque cuenten con el aval de esta organización, cuyo máximo cabecilla es Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero.

Luis Fernando Quijano, director de la Corporación para el Desarrollo y la Paz (Corpades), dijo que se ha sabido de bandas dedicadas a las extorsiones y a los hurtos en algunos sectores de la ciudad que se hacen llamar Tren de Aragua, pero hasta el momento ningún grupo de inteligencia ha confirmado que realmente pertenezcan a tal organización y son más bandas que le pueden estar rindiendo cuentas a las Convivir.

¿Convenios criminales?

Eso sí, hay rumores de algunos convenios temporales entre el Tren de Aragua y algunas organizaciones criminales de Medellín para cometer homicidios u otros hechos delictivos puntuales, de acuerdo con las conveniencias y las necesidades tanto para los colombianos como para la organización venezolana.

De hecho, se tiene confirmado un homicidio cometido directamente por el Tren de Aragua en medio de una disputa de las diferentes facciones de esta organización en Perú. Ocurrió el 17 de octubre, cuando a Miguel Enrique Bernal Mota, alias El Mellizo, de 24 años, lo acribillaron cuatro hombres dentro de un hotel ubicado en la carrera 48 (La Bastilla) con la calle 50 (Colombia), en el centro de Medellín.

Por este homicidio las autoridades capturaron y mandaron a prisión a Jean Carlos Enrique Narváez Mijares, Pedro José Madrid González, Greidy Yulimar Molina Pérez y Kevin Alberto Peraza Chirinos, quienes habían sido contratados puntualmente para cometer el crimen contra Bernal Mota, quien se estaba ocultando de Colombia escapándose de sus verdugos.

Además, hay rumores de que esta organización estaría detrás de, al menos, otros dos casos de homicidios en Medellín ocurridos el año pasado: el 11 de noviembre en las afueras de una discoteca en El Poblado, donde asesinaron a Juan Luis Cardozo Vásquez, de 34 años, y el 29 de octubre en el barrio Tricentenario, hecho en el que la víctima fue Felipe Alexander Torrealba Marín, de 37 años. Ambos eran venezolanos.

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Entre octubre y noviembre del año pasado, en un periodo de 22 días, se registraron en total seis asesinatos de venezolanos, incluidos los casos mencionados, lo que despertó la alerta de la presencia de esta organización en materia de homicidios, pero después de esta seguidilla, las autoridades optaron por bajarle el perfil hasta negar tajantemente su presencia.

¿Hay riesgo de que entren?

El incremento de la presencia venezolana dentro de las estructuras criminales es notoria, tanto así que tan solo el año pasado se capturaron a 2.172 personas en Medellín y en lo que va corrido de este año la cifra ya llega a las 426 personas procesadas por distintos crímenes. Además, el año pasado asesinaron a 41 venezolanos y este año ya se contabilizan otros cinco casos, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc).

Esto puede ser utilizado por el Tren de Aragua como parte de su estrategia de expansión para ingresar a los territorios de manera paulatina. Según InSight Crime, la primera etapa de su entrada está conformada por la fase de exploración, en la que explota a sus migrantes, manteniendo un perfil bajo, casi imperceptible por parte de las autoridades.

En esta fase, las economías criminales se alimentan con el tráfico de migrantes, la extorsión y la explotación sexual de mujeres provenientes de Venezuela, tres problemáticas arraigadas en la ciudad y que cuentan con participación de nacidos en el vecino país.

“No se puede descartar que en algún momento, aprovechándose del control territorial de los migrantes, se pueda presentar una consolidación de esta organización en la ciudad”, manifestó la periodista Risquez y que corrobora Quijano.

En caso tal de que bajo esta modalidad el Tren de Aragua tome vuelo, se puede registrar una fase llamada penetración, en la que se pueden presentar confrontaciones con bandas locales por el control de otras rentas criminales como el microtráfico, los gota a gota y los secuestros, algo que ya ocurre en algunos sectores de Bogotá, Cúcuta, Villa del Rosario e Ipiales, ya que en Colombia esta estructura no cuenta con dominio absoluto de los territorios.

La etapa más compleja para el Tren de Aragua es la de consolidación, en la que ya manejan el lavado de activos y subliman a las estructuras delincuenciales locales, algo que, según los expertos, se presenta principalmente en Venezuela, Perú y Chile, donde, incluso, han realizado operaciones financieras trasnacionales, en algunos casos con vehículos y en otro por medio de bitcoins y pagos por agencias de giros.

“La criminalidad en Medellín tiene un fuerte lazo con el territorio y muchas organizaciones están conformando fuertes lazos de amistad, lo que es un repelente en muchas zonas. Por esta razón es complicado que se arraiguen en la ciudad y su mayor opción es que hagan un outsourcing criminal, es decir, hacer convenios con otras estructuras”, concluyó Boris Castaño, vocero de la corporación Innovación, Idea y Estrategia (I2E).