Medellín

El drama de los inspectores de Medellín que trabajan en medio de humedades y grietas

Aunque desde 2021, estos funcionarios denuncian estar en crisis, la Alcaldía no implementa soluciones de fondo.

08 de mayo de 2023

En una vieja casa del barrio Prado, ubicada en el cruce entre la calle Moore (61) y la carrera 46, están apretujados desde hace más de dos años los funcionarios y los expedientes de dos de las más grandes inspecciones de Policía de Medellín.

Rodeados por humedades, grietas y hasta excrementos de rata, los funcionarios de las Inspecciones 10A (a cargo de media comuna 10, La Candelaria), y 9A (de la comuna 9, Buenos Aires), viven en carne propia el abandono y la crisis que se ha propagado por esas dependencias durante los últimos años.

María Inés Duque Atehortúa, líder en Antioquia del Sindicato Unitario Nacional de Trabajadores del Estado (Sunet), explica que el problema se vive por varios frentes.

Mientras recorre los opacos pisos de madera de ese viejo caserón, que en su fachada invadida de grafitis y suciedad no tiene ningún distintivo que lo identifique como un establecimiento oficial, Duque señala que durante los últimos dos años las inspecciones no solamente vienen viendo reducido su personal y su presupuesto, sino en general su capacidad para atender los casos que se cuentan por centenares en cada comuna.

En el caso de la inspección de Prado la situación es más evidente, ya que luego del traslado de la inspección 9A de Buenos Aires allí llegan los ciudadanos de las dos comunas a resolver sus problemas de convivencia, interponer quejas y realizar audiencias cada hora.

Además del alto flujo de personas, que se produce especialmente los martes y jueves, Duque apunta que en el caso de la Inspección 10A de Prado tan solo hay en su nómina dos secretarias, un auxiliar y un inspector, pese a que en mayo de este año eran cerca de 300 casos activos, todos con urgencia de ser contestados para cumplir con los tiempos establecidos por la ley.

Para acabar de ajustar, y cómo si se tratara de una ironía, los vecinos de la inspección se quejan de tener humedades en las paredes que comparten con esa sede, cuya reparación viene siendo aplazada sin razones de peso.

Más al norte, en el barrio Manrique, la situación es casi idéntica. Allí, la Inspección N° 3 está ubicada en una casa de un segundo piso, que en su acceso tiene una estrecha escalera de caracol en la que tanto ciudadanos como funcionarios se han resbalado.

Pese a que muchos de los usuarios de esa inspección son adultos mayores, para llegar a la oficina del inspector, en donde se realizan las audiencias, hay que subir por otras estrechas escaleras con una endeble baranda de metal como único soporte.

Aunque recientemente esta inspección fue pintada e intervenida parcialmente, Duque también señala partes del techo por el que se filtran las goteras y un sanitario que los funcionarios tienen que llenar con balde y activar con una pita amarilla, ya que nadie se hace cargo de repararlo.

En el caso de esta última inspección, a la que confluyen los problemas de orden público y conflictos de la carrera 45, los líos de construcciones irregulares de Bello Oriente, también faltan tres secretarios para descongestionar los despachos.

Según ilustra Duque, desde el pasado 25 de agosto de 2021 los inspectores enviaron una carta al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, pidiéndole revisar la situación de esas dependencias, buscando encontrar alternativas para fortalecerlas en su presupuesto y mano de obra.

No obstante, la líder sindical añade que tras año y medio el gobierno local no les da ninguna respuesta para resolver sus problemas de fondo.

“Nosotros le estamos planteando a la administración que la luz de la ley 1801 se adecúen a los requerimientos de hacer las inspecciones eficientes y eficaces. En el sistema de infraestructura y de apoyo para realizar nuestras funciones no hay nada y no atienden nuestros llamados”, reclama Duque.

A raíz de esa negligencia, el pasado viernes 28 de abril decenas de inspectores se tomaron la plazoleta del centro administrativo La Alpujarra denunciando que solo son 58 para atender toda la ciudad.

Pese a la alta congestión que se vive en todos los despachos, los inspectores advirtieron que en Medellín habría por lo menos 35 plazas de secretarios y auxiliares sin llenar, al tiempo que la población y los casos se siguen multiplicando en todas las comunas y corregimientos.

Para conocer sus respuestas ante los reclamos de los inspectores y las estrategias que se implementaría para revertir esta crisis, EL COLOMBIANO consultó con la Secretaría de Seguridad y Convivencia, pero hasta el cierre de esta edición esa entidad no se había pronunciado.