8 de los 22 elegidos en elecciones regionales de 2019 en Medellín dejaron tirados sus cargos
Daniel Quintero y siete concejales renunciaron antes de terminar su periodo. Otros 3 perdieron curules por tener inhabilidades. ¿Cuántos de los elegidos en estas elecciones irán a renunciar?
Hace cuatro años 833.210 ciudadanos en Medellín le hicieron el quite a la apatía política y salieron a las calles para elegir al alcalde y a los 21 concejales que tendrían la responsabilidad de solucionar lo urgente: la inseguridad, el hambre, el desempleo, la movilidad; y gestionar lo necesario para hacer viable a la ciudad en el largo plazo.
De esos 22 elegidos, ocho terminaron incumpliendo el mandato popular, ese acuerdo adquirido ante la ciudadanía que comenzó el 1 de enero de 2020 y expiraba el próximo 31 de diciembre. El último en esa lista es el ahora exalcalde Daniel Quintero, quien dejó tirado el cargo que le confió la ciudadanía para hacer proselitismo. Quintero siguió los pasos de seis concejales que dejaron de lado su curul y su misión de hacer control político para aspirar a gobernar la ciudad, tal como lo hicieron Simón Molina, María Paulina Aguinaga y Albert Corredor.
También hicieron lo mismo Daniel Carvalho y Álex Flórez, que no alcanzaron ni a cumplir los dos años en el Concejo antes de pasar su renuncia para irse otra vez a buscar votos a las calles, esta vez para el Congreso.
La lista de los que dejaron la silla a medio camino y resultaron haciendo proselitismo la completa Dora Saldarriaga, quien cerró la puerta del Concejo en junio pasado para “hacer reflexiones políticas” que resultaron en su campaña a la Asamblea.
Hay que incluir la renuncia Gabriel Dib, a quien le bastaron menos de 22 meses en el cargo para quedar curado de los cargos de elección popular.
En total, 11 de los 22 elegidos en las regionales de 2019 se marcharon antes de cumplir el periodo. A estos que escurrieron el bulto se suman los que perdieron las curules en procesos judiciales, los conservadores Carlos Alberto Zuluaga y John Jaime Moncada, y la liberal Aura Marleny Arcila.
La ciudad nunca había experimentado una crisis de institucionalidad y falta de representatividad semejantes. Para el analista político Fredy Chaverra, estas renuncias erosionan la confianza ciudadana en las instituciones y en el mismo proceso electoral, porque defrauda al elector que hace todo un ejercicio de identificación y confianza con un programa y con el candidato que lo propone y luego tiene que ver cómo los intereses personales quedan por encima de la ciudad.
Pero Chaverra considera que las inhabilidades también son bastante lesivas para la ciudadanía y el ejercicio democrático, porque dejan en evidencia la falta de rigor, de controles exhaustivos y de compromiso de los partidos y movimientos al permitir la participación de candidatos que, incluso antes de su inscripción, arrastran impedimentos que a la luz del régimen de incompatibilidades los pondrán una vez ya elegidos en la lupa de la justicia y organismos de control.
El analista político señala que aunque estos cambios hacen parte del ejercicio regular que hizo carrera entre los cargos de elección popular en el país, en Medellín se hizo mucho más notorio por la polarización tan marcada que atravesó la ciudad y que expuso a concejales y alcalde ante una ciudadanía inconforme.
En Medellín se ha hablado hasta el cansancio en los últimos cuatro años de la desfavorabilidad del ahora exalcalde Daniel Quintero. Pero poco se habla de la mala imagen del Concejo. Según la Encuesta de Percepción Ciudadana (EPC) 2022, solo el 41% creía que el Concejo hizo un trabajo decente. Habrá que ver qué tanto esa desconfianza y desencanto repercuten en la abstención y apatía de la ciudadanía este 29 de octubre cuando se vuelven a abrir las urnas.