Juan Manuel, de 11 años, murió por negligencia de la Alcaldía
La estructura presentaba fallas desde el año pasado, según denuncias de la familia y la JAC del barrio Belalcázar, pero estas no fueron atendidas por la Alcaldía. En la emergencia, otro menor salió ileso.
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La muerte de Juan Manuel Bernal Flórez, a sus 11 años, luego de caerse la estructura del columpio en el que estaba montado, fue una tragedia que se pudo evitar. Desde la Junta de Acción Comunal del barrio Belalcázar ya habían advertido que ese parque infantil necesitaba mantenimiento, pero la Alcaldía de Medellín no escuchó.
La solicitud para arreglar el parque de juegos la hizo la comunidad al mismísimo alcalde Daniel Quintero en agosto del año pasado, luego de una visita que hizo a este barrio de la comuna 5 (Castilla). Pero la ayuda llegó tarde. Luego del accidente en el que murió Juan Manuel, rápidamente funcionarios llegaron al parque y echaron una mano de pintura, y poco más.
Antes de esta tragedia fue poco lo que recibió este parque que utilizan decenas de niños del sector. Era el lugar que visitaba frecuentemente Juan Manuel después de ir al colegio.
Y así ocurrió en la tarde del pasado viernes, cuando a las 2:30 de la tarde, el niño estaba montando con un amigo en dos de los cuatro columpios que había en el parque hasta ese día. “Él estaba con otro niño más pequeñito, se estaban columpiando y la estructura se le vino encima, golpeándole la cabeza. Al otro niño no le pasó nada”, relató Yeimy Ramírez, familiar de Juan Manuel.
Al escuchar el estruendo y los gritos de decenas de niños, un par de jóvenes corrieron para dar ayuda. El otro niño se levantó rápidamente muy asustado, se revisó y no se encontró ningún golpe, pero Juan Manuel quedó tendido sobre la arena del parque.
Después de que lo muchachos se percataron de que Juan Manuel estaba en un estado crítico de salud, llamaron a otro vecino y lo llevaron en un carro particular a la Unidad Intermedia de Castilla. “Allá me lo atendieron muy bien y lo estabilizaron”, relató Sebastián Flórez, el hermano mayor de Juan Manuel.
Luego de las evaluaciones médicas, se dieron cuenta de que los golpes en la cabeza comprometían su vida y lo trasladaron al Hospital San Vicente Fundación de Medellín. Ingresó de inmediato a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Arreglos en la agonía
Con una tragedia a cuestas y una familia esperando a que Juan Manuel volviera a abrir los ojos, trabajadores de la Secretaría de Infraestructura de Medellín acudieron el fin de semana para hacerle unos arreglos al parque: ajustaron algunos tornillos flojos y le echaron pintura a los juegos que aún quedaban en pie y, de paso, se llevaron la estructura que se había caído, serruchando las partes que aún sobresalían de la tierra y que se partieron luego del colapso.
“El domingo se vio gente trabajando por allá, haciendo esos arreglos al parque cuando ya había ocurrido lo de mi hermanito”, dijo Sebastián.
En la mañana de ayer, EL COLOMBIANO visitó en el parque y el olor a pintura resaltaba en el lugar. Del sitio donde estuvo el columpio solo quedaron sus bases serruchadas y otras martilladas.
La Alcaldía de Medellín se defendió por medio de un comunicado tratando de explicar lo ocurrido con el menor, teniendo en cuenta que este parque fue reportado en septiembre pasado entre las 1.000 obras que ya habían sido entregadas por Quintero.
“El 10 de febrero de 2023, la Administración Distrital le había realizado el último mantenimiento a la estructura, sin embargo, para el momento del hecho esta se encontraba en un lugar diferente al sitio inicial”, señalaron de forma ambigua, sin entregar ninguna claridad. Dijeron que se encuentran en investigaciones para determinar “el estado de la infraestructura del parque infantil y si este se encontraba con señales de vandalismo que hubieran podido afectar las bases de la estructura metálica”.
El presidente de la Junta de Acción Comunal de Belalcázar, Steve Córdoba, aseguró que el pasado 29 de agosto le entregó una carta, en sus manos, al alcalde Daniel Quintero para que realizaran los trabajos de intervención en la zona, pero esta no tuvo ninguna respuesta ni solución al daño del parque y a otras problemas que aquejan al barrio.
Desenlace fatal
Con el parque ya reparado y pintado en toda su estructura, Juan Manuel tuvo muerte cerebral a la 1:00 de la tarde de este lunes. “Nos dijeron que la situación era crítica y que solo nos quedaba esperar a ver qué pasaba”, señaló el hermano.
Después de este dictamen de los médicos del San Vicente Fundación transcurrieron tres horas, en las cuales algunos familiares no se resignaban y guardaban alguna esperanza de que ocurriera un milagro, pero no llegó. A las 4:00 de la tarde del lunes murió.
Para los familiares y amigos de Juan Manuel queda el recuerdo de un niño que se destacaba por su excelencia académica en la Institución Educativa Sebastián de Belalcázar, donde comenzó a estudiar este año, luego de pedirle a su familia que lo cambiara de institución para poder estar con sus amigos.
“Desde el año pasado nos venía pidiendo que quería cambiar de colegio, porque estudiaba en uno en Zamora que era de los mejores, pero estaba muy lejos. Él prefería estar compartiendo con sus amigos”, dijo Yeimy, la familiar.
En el camino quedaron los planes como el de realizarle su cumpleaños 12 el próximo 21 de abril con varias sorpresas que ya estaban preparadas. “Tenía pensado arreglarle la dentadura, porque me lo estaba pidiendo, pero también queríamos llevarlo al estadio, porque le gustaba mucho Nacional”, manifestó la familiar, con quien había hecho una apuesta de $2.000 para el Clásico del pasado sábado contra Medellín, el cual habían quedado de ver juntos. “Me quedó debiendo la plata”, añadió, con una sonrisa que solo marcaba su profunda tristeza.
Después de la misa exequial en la parroquia María Auxiliadora, en El Playón de los Comuneros, el cuerpo de Juan Manuel fue llevado al barrio que lo vio crecer. Le hicieron una calle de honor y en su memoria elevaron centenares de globos al cielo.
“A él le encantaban mucho los globos y disfrutaba cuando el hermano lo llevaba a verlos. Por eso se pensó en ese tipo de homenaje”, resaltó la pariente sobre el acto abanderado por el colegio donde estudiaba.
Así fue el último recorrido por Belalcázar de Juan Manuel, un niño que para sus vecinos y su familia tenía un futuro prometedor, fuese en alguna actividad profesional o como artista, porque, según su hermano, “era muy bueno para dibujar. Era un apasionado por el arte manga y le había prometido que le iba a pagar los cursos”. Pero un absurdo hecho en un parque infantil público acabó con los sueños de Juan Manuel