Medellín

Los ataques a piedra desde los puentes no paran en Medellín

Las zonas más afectadas son el deprimido de la Oriental, Barranquilla, el puente Horacio Toro, y la 80 con 65.

Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.

09 de abril de 2023

“Siente uno temor pasar con un servicio por debajo de los puentes porque uno no sabe que vuelva y pase y no sea un vidrio el que se pierda sino la vida de una persona”. Así se expresó Alejandro Suárez sobre la situación del pasado 20 de marzo cuando una piedra impactó el vidrio panorámico de su taxi en la autopista Sur, bajo el puente de la calle Barranquilla.

Esta es la historia más reciente de un fenómeno que se ha presentado reiterativamente, según las denuncias, en los bajos de los puentes de Barranquilla y Horacio Toro sobre la autopista Sur y avenida Regional, el deprimido de Villanueva y el puente de la avenida 80 con la calle 65, en el Éxito de Robledo.

La historia de Alejandro no terminó en una tragedia porque el puesto del copiloto, justo donde cayó la piedra, estaba desocupado en ese momento.

“Me lanzaron la piedra desde el puente, iba pasando y se sintió que el carro explotó, literal, una explosión, yo no lograba identificar qué había pasado, entonces me orillé y cuando miré la piedra estaba ahí en la silla, y tenía el carro por dentro, la pantalla, todo el tablero, reventado, en la silla del copiloto estaba la piedra”, comentó este taxista, quien añadió que la piedra lanzada podía pesar hasta 1 kilo y tenía una dimensión de 15 centímetros de longitud.

Pero esta no es la única situación que se ha presentado este año en el mismo punto. El más reciente fue el 26 de marzo, cuando una roca golpeó el vidrio de un vehículo particular que iba sobre la avenida Regional, hecho que no dejó lesionados.

El 11 de febrero, otro vehículo fue atacado con una roca, impactando en el costado del conductor. En ese incidente el objeto no traspasó el panorámico, por lo que no hubo lesionados, según la Secretaría de Movilidad de Medellín.

Hay que recordar que este tipo de ataques ya cobraron una vida recientemente: se trata de Luisa Yuliana Gaviria Restrepo, de 25 años, quien murió el 7 de mayo del año pasado, luego de que una piedra golpeara contra el casco cuando iba de parrillera de la moto conducida por su esposo.

¿Con qué finalidad?

Las víctimas de los ataques más recientes señalaron que luego del impacto se detuvieron, pero no fueron víctimas de hurtos, como sí ocurría en antaño.

Desde la Policía Metropolitana señalaron que en este sector, al menos vinculados con este fenómeno, no se tienen denuncias de hurtos a los conductores que fueron atacados, por lo que se presume que se trataría de actos de vandalismo, atribuidos a habitantes de calle.

El comandante de la Policía Metropolitana, coronel Carlos Humberto Rojas, expresó que “ya tenemos denuncias por parte de los taxistas en una reunión con ellos y estamos trabajando para esclarecer lo ocurrido en estos puntos de la ciudad”.

El oficial aseguró que se avanzan en las investigaciones y hay autoridades recorriendo estas zonas para dar directamente con los responsables y devolver la seguridad en estos corredores viales.

Medidas radicales

Pero además de los controles policiales prometidos en las zonas denunciadas de estos ataques vandálicos, desde la Alcaldía de Medellín anunciaron intervenciones en algunos de estos sectores.

Es el caso del deprimido de Villanueva, una zona utilizada por los habitantes de calle como albergue y que, por sus condiciones de oscuridad, se presta para que se den estos ataques.

“Ya viene algo sobre el deprimido y es que lo vamos a quitar, retirando esta losa. Hemos asignado los recursos. Es una zona terrible de la ciudad, es una cosa miedosa. Vamos a quitarle el techo a ese deprimido”, expresó el alcalde de Medellín, Daniel Quintero.

Esta iniciativa está a la espera de recursos para ser ejecutada, dijo el mandatario.

Pero mientras se tienen resultados las estrategias de la Policía para evitar más ataques, los conductores transitan por los bajos de los puentes con el susto de que en el recorrido o al final del mismo, no caiga una lluvia de piedras sobre sus parabrisas.