Árbol patrimonial del Centro de Medellín necesita unas “muletas” para no desplomarse
El ejemplar, de 134 años de antigüedad, se ubica en el Parque de Bolívar. Veedores han sugerido estrategias para su recuperación desde 2020 pero hasta ahora no han sido escuchados.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Al igual que Joe Sacco, yo también entiendo el periodismo como el primer escalón de la historia.
El Parque de Bolívar — se llama así desde 1923 porque primero fue el parque Villanueva cuando se inauguró en 1892— es como una especie de sala de espera enorme de un hospital imaginario. Allí, con sus caras melancólicas, sus asiduos visitantes pernoctan y deambulan entregados a sus perniciosos vicios o aferrados a la esperanza de que alguien les brinde una moneda.
Entre todos los desamparados que frecuentan el Parque, hay uno que sobresale por su longevidad y evidente estado físico, pero también por el riesgo que representa su salud. Estamos hablando de uno de los centenarios gualandayes, cuya grave inclinación da cuenta de un silencioso pedido de auxilio que hasta ahora nadie ha escuchado.
De acuerdo con los expertos en el tema, este árbol de jacaranda caucana (su nombre científico) fue uno de los cuatro gualandayes plantado cerca del cruce de la carrera 49 con calle 55 en la década de 1890 cuando el Parque era el centro de encuentro de la crema y nata de la sociedad medellinense.
Lea también: Caos urbanístico en Santa Elena: 30% de usuarios con conexión pirata de agua
En sus 134 años de vida, el frondoso árbol que aún se resiste a caer ha visto la transformación de la ciudad la cual pasó de ser –como decía Fernando Vallejo– “un pueblo grande con muchas iglesias” a una vibrante y bulliciosa urbe.
Sin embargo, de a poco, el árbol ha venido inclinándose muy seguramente por el paso del tiempo pero también, posiblemente, a raíz las dinámicas de la compleja zona. Con cada año que pasa es más grave el grado de inclinación que tiene.
De acuerdo a los archivos históricos disponibles de esta especie (que datan de 2006 en el Sistema de Árboles Urbanos SAU), el árbol llegó a tener 20 metros de altura. Sin embargo, la medición más reciente de julio de 2024 señala que ya tiene unos 16,4 metros de altura.
En las mismas fichas aparece que desde 2013 el árbol comenzó a presentar una inclinación, que junto a otros daños y la presencia de clavos y alambres incrustados en su tronco se volvieron factores de riesgo. El tema de la inclinación es delicado puesto que esta conlleva un grave riesgo de que el árbol centenario termine con sus ramas cayendo o completamente volcado.
En 2017 apareció otro reporte que daba cuenta de su inclinación, los mismos que se repitieron en 2020, 2021 y 2023, con la aparición de algunas heridas en su tallo.
Eso sí, en los reportes hechos por los especialistas estos consignaron que pese a los preocupantes reportes que señalaban sus padecimientos, el árbol se encontraba “sano”.
Lea también: Casa Blanca, un enorme palacete abandonado en Prado, será ahora un centro gastronómico
Tampoco pasa desapercibido que más allá de los monitoreos y el retiro de clavos y alambres, no aparecen intervenciones de fondo que solucionaran la peligrosa desviación.
De hecho, al día de hoy, cuando el árbol presenta 67 grados de inclinación, algunos de los transeúntes que atraviesan el Parque de Bolívar pasan peligrosamente debajo del afectado gualanday sin percibir el grave peligro que corren bajo sus ramas.
Para los veedores de los árboles patrimoniales de la ciudad, lo acontecido con el gualanday del Parque de Bolívar es motivo de gran preocupación toda vez que este árbol –al igual que otros 22 que hay en el mismo sector y junto a otros 564 de toda la ciudad– goza de la protección especial que supuestamente les otorga el Decreto Municipal 0598 de 2019 que definió el manejo para la preservación de los Árboles y Palmas, Patrimonio Natural y Cultural del Municipio de Medellín.
Con el Decreto se buscó la preservación, reconocimiento, protección, conservación, recuperación y sostenibilidad de estos árboles y palmeras a través de las acciones necesarias para garantizar su permanencia en el espacio público. Sin embargo, esto no habría ocurrido con el gualanday
A raíz del deterioro del árbol, un grupo de expertos había propuesto al Distrito desde 2020 que al árbol se le instalara un apoyo temporal que evitara que el árbol se volcara así como una serie de podas en las ramas más extendidas sobre la carrera 49 para compensar las cargas y trasladar el centro de masa del árbol a un punto más estable del mismo.
“A la secretaría de Medio Ambiente de Medellín se le envió cotización para diseño y cálculos estructurales desde el año 2020”, comentaron en una alerta hecha por medios virtuales que fue conocida por este diario pero que al parecer hasta ahora sigue sin ser atendida.
Este diario consultó con la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín qué acciones se están haciendo para salvar el árbol. La entidad confirmó que aparte de los tratamientos nutricionales hechos en septiembre de 2021 y noviembre de 2023, al árbol se le hizo una tomografía para detectar huecos no visibles, pudriciones o deterioro en el interior de su tronco mediante técnicas acústicas no destructivas.
El examen reveló que el árbol es un individuo sano y se descartó cualquier afectación en su interior.
Frente al tema de la inclinación, la evaluación determinó que –de acuerdo con los factores de seguridad– el árbol presenta un riesgo bajo de volcamiento. Aún así para la Secretaría, se requieren hacer podas para disminuir y equilibrar la copa así como un manejo nutricional periódico y una vigilancia para evitar que el vandalismo de la zona termine tumbando el árbol.
La Secretaría acogió el clamor de los veedores para instalar una estructura que salve el árbol por lo que señaló que ha presentado el proyecto de soportes para este gualanday así como los de otros árboles patrimoniales de otras comunas.
"La Alcaldía de Medellín está revisando los recursos y el proceso contractual para llevar a cabo la intervención en conjunto con el Jardín Botánico. Por lo anterior, se tiene todo el compromiso para intervenir este importante ejemplar patrimonio natural y cultural de Medellín", apuntaron.
La ciudadanía espera que la promesa de las “muletas” que el gualanday requiere para seguir dando sombra y verdor al parque de Bolívar lleguen pronto y no se conviertan en una papa caliente que nadie se atreve a atajar.