Venezuela, el éxodo que se salió de las manos
Sin cifras oficiales, en el país se considera que en la última década se ha ido un 10% de su población.
Periodista bumangués del área digital de El Colombiano. Busco historias que demuestren que la realidad siempre supera a la ficción.
“Nunca nos imaginamos esta situación”, confiesa el director de Migración Colombia, Cristian Krüger, tras darle un repaso a las cifras que deja el éxodo de venezolanos hacia Colombia, a tres años del recordado cierre de la frontera con la expulsión de los colombianos de ese país.
“Y no hemos tocado fondo. Todo puede empeorar”, confiesa con un pesimismo sin disimulos Miguel Otero, director del diario caraqueño El Nacional, antes de agregar: “En unos años pueden llegar a cinco millones de migrantes y Latinoamérica no está lista para ello”.
“Aquí el problema es que no hay y nunca ha habido una política de frontera. Nos dejaron a la deriva hace 30 años y en la frontera nos volvimos una sociedad codependiente”, recalca Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar y defensor de DD.HH. de Norte de Santander.
Si bien Krüger está en Bogotá, Otero en Caracas y Cañizares en Cúcuta, las tres visiones coinciden en un panorama crítico a nivel político y social para la región, con una hiperinflación creciente que les impide ser optimistas.
La razón está en las cifras. Tan solo en el momento en que EL COLOMBIANO dialogó con estos tres expertos, entraron un promedio de 162 venezolanos de forma legal a territorio colombiano, acorde a la medición de Migración Colombia.
Esto no cuenta el subregistro, que puede ser mucho mayor gracias a los 2.219 kilómetros de frontera continua terrestre que separan a ambos países.
Con la creación en mayo pasado del Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos, RAMV, el Gobierno buscó establecer la cifra de los que ingresaron de forma irregular al país. El resultado, a la fecha, da cuenta de 442.462 personas con esta condición. Sin embargo, otros entes hablan de que el número ya llegó a los 800 mil entre legales e ilegales.
Capacidad colapsada
El 19 de agosto de 2015, con la orden del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de cerrar la frontera por el estado Táchira y expulsar a los colombianos residentes allí, comenzó la nueva dinámica de paso controlado que permanece hasta hoy en Norte de Santander.
En ese momento, el gobierno de Juan Manuel Santos expidió un decreto de emergencia para reunificar las familias. Fueron más de 22 mil expulsados y Colombia nacionalizó a más de 450 mil venezolanos, “buscando proteger esas familias separadas”, asegura Krüger.
Esto generó otro fenómeno. “Todos quieren ser colombianos”, dice el director de Migración. “Hay familias de Venezuela que creen que si tienen un hijo aquí van a obtener la nacionalidad y no es así. Se obtiene por sangre, cualquier persona con ascendencia tiene ese derecho”.
Un año después, cuando se reabrió la frontera por el lado colombiano, se creó la Tarjeta de Movilidad Fronteriza para controlar las entradas y salidas del país. 1,6 millones de colombianos se registraron, pero la medida resultó insuficiente.
Para 2017, Migración creó dos nuevos puestos de control para llegar a siete en total en esa frontera, y el Permiso Especial de Permanencia, PEP, para normalizar a los venezolanos que habían ingresado. Fueron 68 mil los que aplicaron a este.
“Lo creamos porque una de las grandes quejas es que estas personas no cotizan pero sí utilizan los servicios sociales del Estado colombiano. Con estos PEP ya pueden aportar”, dijo.
Este año, tras conocer la magnitud de las cifras del RAMV, el Gobierno abrió la posibilidad para que estas 440 mil personas pudieran acceder al PEP. A la fecha ya son 230 mil venezolanos que han solicitado este documento.
“El costo más alto lo ha tenido salud”, dice Krüger, “en año y medio han sido atendidos más 70 mil venezolanos por urgencias, costeado por el Estado”.
Crisis en el vecindario
La situación se ha expandido a todo el continente. En Ecuador, el 10 de agosto, el fenómeno provocó la declaratoria de emergencia en la frontera por la llegada de 4.200 venezolanos al día.
Esto provocó un choque de poderes pues el 18 de agosto, el Gobierno de Lenin Moreno anunció que pedirá pasaportes a los migrantes pero la medida fue tumbada este viernes por un tribunal de Quito, que le dio 45 días para presentar un plan integral de choque.
Las últimas cifras oficiales de ese país hablan de que en el primer semestre del año llegaron 454.000 ciudadanos huyendo del régimen de Maduro.
Migración Colombia sostiene que por el paso internacional de Rumichaca, en Nariño, en lo que va del año han salido 600 mil venezolanos. La mayor parte de ellos se dirige a Perú, que ya contabiliza 400 mil en su territorio. Un promedio diario de 2.000 personas. Según Oscar Pérez, exdiputado opositor venezolano, allí está la política migratoria más solidaria.
La otra cara de la moneda está en Brasil, puntualmente en la localidad de Pacaraima, en la frontera norte. El 19 de agosto pasado, un comerciante brasileño habría sido asesinado por cuatro venezolanos, en un hecho que provocó revueltas y ataques a campamentos de migrantes. Los roces habían empezado una semana antes, con el cierre de la frontera por orden de un juez federal y estos nuevos episodios han generado incertidumbre en el ambiente.
Entre 2017 y 2018, se calcula en 127 mil los migrantes de ese país en Brasil, pero consideran que 69 mil ya se fueron.
Tal nivel de alarma es producto de la falta de planificación, argumenta Otero: “Los gobiernos de Latinoamérica creen que esto es de momento. Que si mañana cae Maduro, pasado mañana se van a devolver los venezolanos y no es así. Esta es una situación de mediano y largo plazo y lo que se cree es que, como esto siga, vamos a pasar de los 5 millones de exiliados y ningún país está listo para eso”.
Al respecto, el canciller Carlos Holmes Trujillo visitó el jueves la ONU, en donde se anunció un plan de coordinación regional para atender la gran migración de venezolanos hacia Colombia. Además, las autoridades migratorias de Colombia, Perú, Brasil y Ecuador, anunciaron una cumbre en Bogotá para la semana que viene para tratar el tema.
El balance de la ONU y la Organización para las Migraciones indica que 2,3 millones de venezolanos han salido de su país por la crisis y 1,6 millones lo hicieron desde 2015.