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¿Qué es la tanatopraxia, la técnica milenaria que permite la conservación del cuerpo del papa Francisco?

Gracias a la aplicación de este proceso, el velorio del sumo pontífice puede prolongarse por varios días.

24 de abril de 2025

El papa Francisco falleció el pasado lunes, 21 de abril y durante tres días los fieles de la Iglesia católica pueden ir a despedirse de él en la basílica de San Pedro. Para que su velorio pueda prolongarse, el cuerpo del sumo pontífice estuvo involucrado en un meticuloso protocolo, le hicieron una tanatopraxia.

Jorge Mario Bergoglio estuvo como papa durante 12 años; sin embargo, luego de haber tenido una aparición en público el pasado Domingo de Resurrección, a primeras horas del lunes “regresó a casa del padre”, así lo anunció el Vaticano.

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Inmediatamente, con la muerte del pontífice, se activó en la santa sede un protocolo que incluye el duelo, traslado del cuerpo y funeral de quien es el líder de los católicos en el planeta.

El martes, un día después de la muerte, el cuerpo del papa y su ataúd fueron mostrados en la capilla de la residencia de Santa Marta, lugar donde Francisco pasó sus últimos momentos. El miércoles se cumplió la traslación, el ritual donde los restos del religioso fueron trasladados a la basílica de San Pedro, lugar que estará abierto tres días para quienes deseen ir a despedirse de él. El sábado será el funeral.

Debido a que son varios días que dura el velorio del papa, pues son 9 de luto en el Vaticano, el cuerpo del pontífice se somete a un proceso de conservación con el fin de que no haya evidencia de su descomposición durante el tiempo de los actos fúnebres.

De acuerdo con la explicación de forenses y de portales como National Geographic, el cadáver del pontífice sufre un procedimiento para la postergación del deterioro natural, este se conoce como la tanatopraxia.

¿Cómo se aplica la tanatopraxia?

La tanatopraxia es una técnica milenaria que se utiliza para una conservación temporal de los cuerpos. No es momificación ni embalsamiento, pues su objetivo no es preservar el cadáver a largo plazo, sino mantener una apariencia natural durante los días siguientes al fallecimiento.

El primer paso de este proceso es limpiar o higienizar el cuerpo, esto se hace con bactericidas, fungicidas e hipoclorito, esto para eliminar microorganismos que aceleren su descomposición.

Después de esto, el cadáver es sometido a un proceso de deshidratación para frenar el deterioro y preparar los tejidos. Luego, se rehidrata cuidadosamente para que el cuerpo mantenga una apariencia lo más natural posible.

Siguiente a estos pasos, se procede a canalizar arterias claves y se reemplaza la sangre con soluciones químicas que tienen colorantes, alcohol, agua y formaldehído. En caso de no desplazarse la sangre coagulada, aceleraría la descomposición del cuerpo.

Para finalizar, se aplica maquillaje y resinas, las cuales le devuelven color y textura a la piel. Diferente al embalsamiento, esta técnica permite conservar el tono natural de los tejidos.

Este protocolo impide que ocurran desastres como lo pasado con Pío XII en 1958, cuando, por un mal embalsamiento, su cuerpo explotó ante los fieles en la basílica de San Pedro.

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