Perro rescatista encontró con vida a una mujer de 80 años atrapada bajo escombros tras el terremoto de Japón
La mujer sobrevivió desde el 1 de enero atrapada bajo los escombros del primer piso de su casa.
Un perro encontró y rescató a una anciana de 80 años atrapada en una casa que quedó destruida por el terremoto de magnitud 7,5 que sacudió el centro de Japón el día de Año Nuevo, informó el Ministerio de Defensa nipón.
El animal, llamado Jennifer, es uno de los perros especialmente entrenados para encontrar a supervivientes en los sismos.
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Los canes se han unido a los miles de soldados y bomberos que siguen buscando supervivientes del potente terremoto.
Nuestras fuerzas “habían rescatado hasta ayer a 122 personas, entre ellas una anciana en una casa de la ciudad de Wajima, que fue encontrada y rescatada por un perro”, escribió el ministro de Defensa, Minoru Kihara, en la red social X.
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“Hoy, que es un día crucial, el número de efectivos aumentará hasta aproximadamente 4.600”, añadió.
Las esperanzas de encontrar a más supervivientes se van desvaneciendo a medida que avanzan los días.
El terremoto, que tuvo lugar el lunes, destruyó edificios y viviendas, provocó importantes deslizamientos de tierra y olas de tsunami de más de un metro de altura.
Los daños son enormes en Wajima y otras partes de la prefectura de Ishikawa, ubicada en la costa del mar de Japón.
Fuertes réplicas han sacudido la región desde el asolador terremoto del lunes, que provocó corrimientos de tierra, un importante incendio y un tsunami con olas de más de un metro de altura.
Según las cifras más recientes del viernes, hay 94 muertos confirmados y 222 desaparecidos.
Además, el agua y la comida escasean. “Apenas han llegado suministros, pero supongo que ya están en camino”, confía Hiroyuki Hamatani, un habitante de Wajima de 53 años.
“¡Respondan, por favor!”
Los túneles de las afueras de Wajima, una ciudad de unos 23.000 habitantes, están parcialmente bloqueados por rocas. Casas derruidas jalonan la ruta, con escombros y nieve salpicando la carretera.
A los que llegan a la ciudad les esperan imágenes aún más impactantes.
Un imponente edificio de siete plantas yace de lado, mientras que postes de electricidad caídos impiden el paso por una calle.
“¿Hay alguien ahí? ¡Respondan, por favor!”, grita un militar mientras su equipo busca entre las ruinas de una casa a otro habitante desaparecido.
El sismo provocó también un enorme incendio que arrasó con una zona donde había un mercado y donde en total unas 200 estructuras se quemaron.
Shinichi Hirano, de 47 años, contempla las ruinas.
“Aquí es donde estaba la casa de mi abuela, pero se quemó”, dice a la AFP.
“Ella falleció hace tiempo, así que su casa estaba vacía, pero aún así esta zona estaba llena de buenos recuerdos”, añade, mostrando el lugar donde estaba una pastelería que solía frecuentar de niño.
“Pero todo se esfumó. Ahora solo veo ruinas”, dice con una sonrisa triste. “No tengo palabras”, añade.
Un hombre de 80 años, que no quiso dar su nombre, contemplaba con tristeza la desolación.
“Vine a ver cómo están mis parientes, pero aún no he podido verlos”, dice el anciano.
“Esto es terrible, terrible”, suspira. “Es como si hubiera habido una guerra”.