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Norcorea lanzaría cuatro misiles a una isla estadounidense

09 de agosto de 2017

El vaivén de intimidaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte alcanzó su punto más álgido. Según reveló la agencia inglesa Reuters, Pyongyang desarrolla un plan para atacar con misiles este agosto en cercanías de la isla de Guam, un territorio estadounidense a unos 3.400 kilómetros de la península de Corea.

Reuters también revela que la potencia nuclear asiática calificó de “un montón de tonterías” “el fuego y la furia” que prometió el presidente Donald Trump si persistían las amenazas desde ese lado del Pacífico.

Lea aquí: El “fuego” y la “furia” que prometió Trump a Corea del Norte

De acuerdo con la agencia, se trataría de cuatro misiles de rango intermedio (Hwasong-12), serían lanzados por el Ejército norcoreano, cruzarían el cielo por encima de Hiroshima (Japón) y tendrían capacidad de llegar a unos 30 o 40 kilómetros de Guam, donde viven 163.000 personas y EE. UU. tiene una base militar.

Reuters asegura que el plan estará listo a mediados de agosto y será el líder Kim Jong-un el que tomará la decisión de si procede o no con el lanzamiento.

¿Una amenaza real?

Si bien el secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, dijo desde Guam que no creía que hubiera una amenaza inminente de Pyongyang y que “los estadounidenses deberían dormir tranquilos en la noche”, la escalada de las tensiones es riesgosa.

John Loretz, director de programa de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW), una organización reconocida con el Premio Nobel de Paz en 1985, plantea el peligro que las amenazas actuales significan en caso de que haya un accidente con un arma o si alguna de las potencias se decide a atacar.

Según los análisis de su organización, solo una de las 15.000 ojivas nucleares (armas de destrucción masiva) que nueve países tienen en su poder hoy explotaría 20 o 30 veces con más potencia que las lanzadas en 1945 por Estados Unidos en los poblados japoneses.

Loretz y su equipo también determinaron el efecto del desastre: una bomba actual formaría una gigantesca esfera de fuego a solo una milésima de segundo de ser lanzada. Después de 3 kilómetros de distancia, empezaría a andar en todas las direcciones y se calentaría tanto como el Sol. A una distancia de 6 kilómetros, los carros se derretirían y el calor sería tan intenso que todo lo inflamable (papel, tela, gasolina, plástico, madera) ardería. Después, cantidades masivas de humo y hollín podrían hasta alterar el clima de la Tierra, acabar con las posibilidades de conseguir alimentos para 2 mil millones de personas y producir una contaminación radioactiva que permanecería activa durante milenios.