El “Obamacare” divide al nuevo Congreso
La reforma de Obama, que universalizó el acceso a la salud, es repudiada por los republicanos, con mayoría en las cámaras.
Mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, convocaba a los demócratas en el Congreso para solicitarles firmeza contra la intención de derogar la reforma sanitaria, que exige acciones de su sucesor, Donald Trump, el vicepresidente electo de EE. UU., Mike Pence, estaba en el mismo recinto con los republicanos aclarándoles que su primera acción debía ser “eliminar y reemplazar el Obamacare”, como se conoce a esa ley sanitaria.
Con ese escenario divisorio pinta el nuevo periodo de sesiones del Congreso, que inició ayer, y donde los republicanos tienen mayoría, tanto en Cámara como en Senado.
Si bien el mismo Trump le dijo en octubre a la agencia Reuters que conservaría algunos aspectos de la ley, como prohibir a las aseguradoras negarle la cobertura a personas con preexistencias médicas, el cambio preocupa a los demócratas que defienden el logro que su líder consiguió: el primer sistema de salud universal para Estados Unidos.
De hecho, después de la reunión con Obama, este grupo dio una rueda de prensa en la que dijo que los republicanos “no tienen idea” ni un plan concreto para reemplazar el “Obamacare”.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, le manifestó a los medios que la consecuencia de derogar la reforma será “volver a enfermar” al país y no a “hacerlo grande”, parafraseando el lema de campaña de Trump.
Según David Hollinger, historiador político norteamericano, aún no es claro cuál de las fuerzas políticas se saldrá con la suya. Si bien los republicanos son más en el Congreso, los resultados de las elecciones presidenciales mostraron que la mayoría popular prefirió a la candidata demócrata, por lo que podrían ejercer presión para conservar el programa de Obama.
“Aunque los republicanos controlan el Congreso y tratarán de reversar el proyecto de salud de Obama y de disminuir las regulaciones federales en muchas áreas de la vida nacional, los demócratas lucharán para defender la idea de que la regulación federal ayuda al público e impide que las personas ricas puedan hacer lo que quieran, llevando a que incluso la salud sea un derecho de unos pocos privilegiados”, afirma Hollinger, y advierte que Trump y su equipo se encargarán de persuadir al público de que lo que es bueno para los ricos, también lo es para los pobres”.