10 empresas se le miden a terminar Hidroituango
Entre las firmas se encuentra Coninsa Ramón H, que hace parte del consorcio CCCI.
Diez empresas pagaron los derechos para participar en la licitación de la construcción final de Hidroituango, una obra para la que todos los expertos recomendaron no cambiar de contratista. Sin embargo, más allá de cualquier consideración técnica, EPM continuó con el deseo de cambiarlo, como lo había pedido el alcalde Daniel Quintero.
Este proceso se completó después de que esas diez firmas pagaran 4 millones de pesos de los llamados pliegos, que son una especie de cupo para poder presentar una propuesta económica.
Dichass empresas son: Yellow River Co Ltd., Schrader Camargo Ingenieros Asociados, Ingema S.A., Mincivil S.A., Termotécnica Coindustrial S.A.S., Sinohydro Bureau & Co Ltd Sucursal Colombia, Civilec Ltd, Coninsa Ramon H. S.A., Serviminas S.A.S. Y 4 Towers S.A.S.
Una de las preguntas que resuenan ahora es si la compra de pliegos por parte de Coninsa Ramón H representa la voluntad de todo el consorcio que ha estado al frente de la obra —que le puso el pecho a la contingencia— y que está conformado, además, por las firmas Camargo Correa (de Brasil) y Conconcreto.
Y es que hace varias semanas había trascendido que no participarían. Sin embargo, EL COLOMBIANO estableció que Coninsa Ramón H quiso separar el cupo para poder participar de la licitación, pero entrarán en un proceso de evaluación de las condiciones impuestas contractualmente, pues los riesgos pueden ser muchos. Por otro lado, toman el cupo a título particular, pero participarían como consorcio.
Por medio de un comunicado, EPM aseguró que “quienes pagaron tienen el derecho a participar en el proceso contractual, que tiene como fecha límite para la presentación de ofertas el 23 de junio de 2022”. Hay que recordar que en un principio la apertura de pliegos no había sido tan exitosa, por lo que EPM se había visto obligada a ampliar el paso hasta ayer primero de abril.
Además, entre el cronograma que aparece en la oferta pública, la fecha de inicio del nuevo contrato estaría estipulada para el primero de septiembre de este año y tendría una duración de 1.125 días, equivalentes a tres años aproximadamente.
Justo aquí recae una de las preocupaciones de expertos internacionles y nacionales: lo que falta de la obra son procesos delicados que necesitan de la experticia de quienes ya han estudiado la montaña. No se puede olvidar que el llamado cerro Capitán ha presentado movimientos de tierra después de la contigencia de 2018.
Y es que rotulado con el número CRW167467, el proceso de contratación para la terminación del Proyecto Ituango ha generado dudas e incertidumbre por varios frentes.
Yendo en contravía de las recomendaciones de varias instituciones, entre las que se destaca la firma consultora Pöyry, con esta oferta pública EPM abrió la posibilidad de cambiar a los contratistas principales de la obra.
Según planteó esa firma en un documento de 432 páginas, un cambio en los constructores podría traducirse en importantes retrasos (mínimo un año) y reduciría la trazabilidad en la recuperación de la obra. Además, aumentaría el costo global y se perdería responsabilidad para el diseño y la ejecución.
“Según nuestra experiencia, las nuevas empresas necesitarán varios meses para comprender y verificar todos los retos y desafíos del proyecto, y al final pueden pedir una compensación encima de las expectativas de EPM o inclusive declinar su participación”, afirmó en su momento, en un estudio que permaneció oculto durante varias semanas, según denunciaron en su momento varios concejales de Medellín.
Hay que recordar que CCCI deberá entregar encendidas las turbinas 1 y 2, que se espera que queden listas antes del 30 de noviembre de 2022, mientras que las 3 y 4 empezarían en 2023. En 2024 entrarían la 5, 6 y 7, y la última está prevista para 2025.
Hidroituango repor+ta un avance constructivo superior al 87 %, y se estima que generará cuando esté en el 90 %. Por ello, el nuevo contratista tendrá la obligación de poner seis unidades en servicio y concluir el restante 10 %. A esto se añade una tarea que no es menor: cumplir con los tiempos sin poner en riesgo la obra