Histórico

Una lección de ética empresarial

Un documento del Presidente de Bancolombia a sus empleados invitó a la reflexión y al debate.

18 de agosto de 2012

Primero se acaba la aguamasa que los marranos, el vivo vive del bobo, no se deje tumbar mijo, a papaya puesta, papaya partida... Estos son algunos de los refranes populares que desde pequeños oímos en la casa o en la calle y que eran considerados como “sabiduría popular” para enfrentar la vida.

Ese refranero sirvió de abono para que fenómenos como el narcotráfico, el dinero fácil, la trampa, el oportunismo sin escrúpulos y otros comportamientos ilícitos florecieran en los ámbitos público y privado.

Por eso ha llamado la atención la carta que el presidente de Bancolombia, Carlos Raúl Yepes Jiménez, envió a sus 23.000 empleados en el país, en la que lamentaba un comportamiento poco ético de algunos de sus empleados ante un error del Grupo Éxito.

Varios empleados del banco aprovecharon lo que a simple vista se advertía como un descuido de la tienda virtual del Exito: al precio de un nevecón, de cuatro millones de pesos, le faltó el sexto cero y quedó en 400 mil pesos. La cadena cumplió y entregó los nevecones. Ese ‘papayazo’ fue aprovechado por los ‘vivos’ que Yepes cuestiona en su carta y que se ‘ahorraron 3,6 millones de pesos’ en cada uno, pero ninguno de los compradores ha devuelto el nevecón o ha pagado el resto del dinero.

Yepes, quien promueve los valores de respeto, humildad, verdad y transparencia en la organización, invitó a la reflexión sobre los valores éticos en las compañías y entidades.

¿Cuál fue su primera impresión de esta situación?
“Cuando escucho un relato donde se describe una conducta indebida, la reacción natural es de rechazo. Es un sabor amargo que inmediatamente me sacude, me causa tristeza y me invita a pensar en qué debo hacer. Y lo que quise hacer fue proponer una reflexión seria y profunda al interior de la organización sobre los valores y la contribución de cada uno por una sociedad mejor. Es fundamental que seamos ciento por ciento coherentes con la filosofía que profesamos y con lo que aplicamos”.

¿Le ha pasado a Bancolombia estar en la posición que enfrentó el Éxito?
“Claro que pasa, nos pasa en las empresas, entre empresas, a las personas, entre las personas. Nadie es infalible. Todos somos seres humanos. Seguramente alguna vez se han cometido errores que debemos asumir. Si por un solo segundo pensamos en el otro, en los demás, las cosas serían muy distintas”.

¿Cómo ve ese asunto del imaginario de la viveza y del aprovecharse del otro?
“Los colombianos somos fuertes, emprendedores y tenemos muchas virtudes. Pero también tenemos retos. Justamente, hace unos días se movió internamente en la organización un texto que cuestionaba la mala utilización del concepto de “malicia indígena”. Los comentarios de todos los participantes estuvieron de acuerdo con la importancia de ser leales. Esos temas de ‘colarse’ en una fila, conducir sin inteligencia vial o aprovecharnos del error del otro, no nos ayudan, no es bueno para nadie”.

¿Qué lecciones quiso enviar con ese mensaje?
“El de coherencia, respeto, ética, lealtad, ser confiables, integridad, ser impecables como profesionales y como seres humanos. Yo me siento muy orgulloso del equipo de personas que me acompaña. Sin embargo, se presentó una situación y de ella debemos aprender. Las crisis o las malas experiencias pueden ser un problema o una oportunidad. Yo invité a hacer una reflexión de la que nos debe quedar una lección”.

A quién le va mejor: ¿al vivo o al bobo?
“A ninguno de los dos. No hay que ser ingenuos ni aprovechados; hay que ser correctos. Los extremos son malos y para eso existe el punto medio, el equilibrio. En Colombia tenemos todo el capital humano necesario para tener gente exitosa, pero ese es un objetivo que se consigue buscando y aprovechando oportunidades que no afecten los intereses de los demás. En los negocios y en la vida sí es posible generar relaciones en las que todos ganamos; lo importante es no dejarse llevar por la avaricia. En la medida en que encontremos ese punto medio, estaremos apegados a la norma, no sólo legal sino ética”.