Histórico

Una cita de amor por los animales

NI SIQUIERA LA llovizna de una fría mañana empañó la animada y clásica cita que desde hace once años congrega a los amantes de las mascotas, y a sus familias, en la Caminata Canina y de Mascotas Tierragro 2010.

01 de agosto de 2010

Princesas, actrices y hasta cantantes como Juan Charrasquiado, se dieron cita ayer a lo largo de la Avenida del Río para celebrar, en medio de la más grande convivencia, el que han denominado su día.

Tenían en común, además de muchos pelos, el amor inmenso e incondicional de sus amos. Sí, cerca de 60.000 personas que adoran a sus mascotas y que participaron en la décima primera Caminata Canina y de Mascotas Tierragro 2010.

En total fueron 18.500 los animales inscritos y, según confirmó Leonardo Pérez, uno de los organizadores, "sin contar un 30 por ciento de mascotas que participan sin estar registradas".

Uno no alcanza a sumar a todos aquellos que van llegando en bus, taxi o a pie y se suman al desfile. Algunos porque los cogió la noche y otros, simplemente, por física pereza de hacer todo el recorrido.

Lo cierto es que ni el frío ni la pertinaz llovizna de las primeras horas, cuando arrancó el desfile a la altura del Puente de Barranquilla impidieron el goce de los participantes y sus consentidos de cuatro patas.

Grandes y pequeños, serios o mimados, con disfraces o una simple pañoleta al cuello, las mascotas dieron ayer ejemplo de convivencia a lo largo del recorrido hasta un poco más adelante del Puente de Guayaquil.

Mucho amor
Familias completas, incluyendo abuelos y nietos hicieron parte de este programa en el que todos, sin excepción, destacan el amor por su mascota.

"Este es el mejor programa de la Feria de las Flores", afirmó Beatriz Parra, quien participó en compañía de su esposo Ómar Londoño y un vecino, llevando de la mano a Bruno, un bello ejemplar pastor collie blanco de cuatro años.

Agregó que la caminata canina les brinda, a quienes aman los animales y la naturaleza en general, la oportunidad de salir con sus mascotas sin importar si son grandes o pequeñas, si son puras o chandas; aquí lo que importa es el amor, como el que les tiene una madre a sus hijos, para quien no hay ninguno feo.

Los participantes, en su mayoría, saben de este plan de la Feria de las Flores y han participado en varias ocasiones. Claro que también hubo quien asistió por primera vez, como Lorena Ramírez, quien decidió lucir a su bull terrier de un año, "porque es una gran oportunidad para que nuestras mascotas disfruten de un día de paseo sin autos y para que socialicen".

Esta opinión la compartió también Giovany Areiza, quien a falta de uno desfiló con Pintado, Natasha, Dakota y Matilda, cuatro perros bulldog inglés, entre uno y medio y tres y medio años de edad.

A diferencia de ediciones anteriores, en los que se han visto gallinas, cerditos y chivos, ayer sobresalieron los perros, que se dieron el ancho con este largo paseo citadino en el que fueron los protagonistas.

También hubo varios mininos que, temerarios sobre el hombro de sus amos o en sus brazos, como fue el caso de Pelusa, el gato criollo de Anuel Rodríguez, compartieron en medio de tantos canes.

Y es que una de las características de este desfile es la tolerancia no solo entre las mascotas sino entre los miles de participantes.

Ninguno se molesta si lo pisa un perro grande, si ladra el que viene al lado, si las cuerdas con las que los sujetan se enredan. Al contrario, hombres y animales conviven durante siete horas en un escenario al aire libre donde no corren ningún peligro.

Los cuidados de la organización fueron completos: desde el acompañamiento físico y musical de la Policía y los guardas de Tránsito, pasando por los cuidados de la Cruz Roja y los médicos veterinarios, hasta aquellos colaboradores que tuvieron a su cargo las zonas de atención e hidratación.

El animado desfile con músicos y globos azules de Gente llegó a Tierragro -la meta- al promediar el medio día, donde se armó toda una fiesta. Allí se llevó a cabo la premiación que, en diferentes categorías, exalta a las mejores razas, las mejores silletas, las mejores comparsas, el mejor disfraz, entre otros.

Los premios, por supuesto, fueron para los protagonistas: bolsas de cuido, juguetes, pufs para dormir, entre otros. Un reconocimiento que enorgullece a sus amos y los invita a regresar.