Histórico

Una Alicia contemporánea

Irrisoria es una obra que parte de textos de diferentes autores. Una apuesta por una Alicia actual.

29 de febrero de 2012

Fue un experimento. Y muy raro. Le dijeron a siete dramaturgos, de diferentes edades y pensamientos, que escribieran sobre la famosa Alicia de Lewis Carroll, para hacer un cadáver exquisito, como dicen por ahí.

Les dijeron que escribieran lo que quisieran, como vieran ellos a una Alicia en el país, no tanto de las maravillas, como moderna. "Nuestra Alicia puede ser muchas, muchas Alicias grandes dentro de una chiquita o al revés", dice Felipe Caicedo, el director.

Ninguno de los siete supo lo que escribió el otro para la obra Irrisoria. El conectar los escritos y armar las escenas ya corría por parte del director y su grupo, Anamnésico.

El resultado es una hora de teatro, y aunque no lo llaman monólogo, de una Alicia solitaria en el escenario que es muchos personajes a la vez. Conversa con el conejo, con el gato, con el sombrero. Con ella misma. Una niña que cae a ese lugar sin salida y se hace preguntas, imagina situaciones, las sueña. "Es una Alicia contemporánea", aclara Felipe. La mirada es algo oscura y psicológica, aunque no pierde del todo la magia, sobre todo en la puesta en escena: el vestido mantiene, por ejemplo, las características victorianas.

La obra
Anamnésico es un grupo de jóvenes que ya cumple cinco años rodando por los teatros de la ciudad. Para celebrar decidieron rescatar "ese juego maravilloso y revivir esa iconografía que nos ha seguido bastante".

La reflexión va por el lado de dónde está en el mundo actual la fantasía. Preguntarse dónde empieza la imaginación, de dónde parte, "en qué radica. Queríamos llevar el ícono literario a un ícono de hoy. Queríamos que se sintiera la realidad. En cada uno puede estar el sueño". Aunque a veces puedan ver la fantasía, con algo de pesimismo. Como si estuviera agotada.

Eso sí, no hay moralejas. Eso no les interesa. Querían cuestionar y mostrar. Y jugar con el teatro. Buscar una salida en esas cuatro paredes. En la realidad misma.