Un profundo dolor le salvó la vida a Noevia
UN PROCEDIMIENTO DE rutina, mediante el cual se saca la sangre del cuerpo a través de una arteria y se inyecta formol por una vena para conservar un cadáver, permitió a un tanatólogo darse cuenta de que Noevia Serna no estaba muerta y requería su ayuda.
Cuando el bisturí le abrió una herida de cinco centímetros en arteria aorta de la pierna izquierda para que se desangrara y pudiera ser sepultada, Noevia Serna Rivera volvió a la vida.
Habían pasado 3 horas y 25 minutos desde que los médicos de la Clínica Rafael Uribe Uribe de Cali habían declarado la hora de su muerte, a las 3:45 a.m. del miércoles.
Jaime Aullón, a quien todos llaman Jaimito, el tanatólogo de la funeraria Cristo Rey, se quedó inmóvil al ver cómo la mano izquierda de la mujer se movía.
Jaimito, se imaginó que había sido un movimiento involuntario, "que la mano se le había descolgado del mesón" donde a diario prepara los cuerpos con un especial esmero, "para que familiares y allegados consigan un poco de paz ante la desaparición de sus seres más queridos".
Habían transcurrido sólo unos segundos cuando observó que también la mano derecha se movía. Entonces confirmó que el corazón volvía a latir.
De inmediato llamó a Phanor Andrade, el esposo de la supuesta difunta. "No sé si en el primer momento me creyó, me dijo que ya venía para acá, pero me pareció que la señora necesitaba atención médica urgente y le indiqué que nos encontráramos en la clínica porque hacia allá me iba a regresar de inmediato".
Es un milagro
Para Andrade, lo que sucedió con su esposa no es nada diferente a un milagro. Ella tiene 45 y sufre de esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa que la tiene postrada hace cinco años.
Noevia llegó el lunes a las 10:30 a.m. del lunes pasado, por un paro cardiorrespiratorio y según Miguel Ángel Saavedra, jefe de urgencias del centro asistencial, a las 3:45 a.m. del martes, el especialista y el médico general que estaban a cargo de la sala de cuidados críticos detectaron un paro cardiorrespiratorio, sin signos vitales.
Los instrumentos electrónicos que tenía conectados no mostraron frecuencia cardiaca y tampoco tensión arterial. " Se procede a realizar un test por parte de terapia respiratoria y como resultado la paciente es declarada tristemente fallecida", precisó el doctor Saavedra.
Cuando volvió al hospital, Noevia fue ingresada de nuevo a cuidados críticos pero luego pasó a cuidados intensivos donde permanecía ayer.
El director de la Clínica, Fernando Rendón, anunció la creación de una comisión médica para investigar lo sucedido con la paciente.
Algunos hablan del síndrome de Lázaro, que se da cuando un paciente crítico recibe muchos medicamientos que reducen la actividad sobre el corazón y el sistema nervioso.
Otros hablan de la catalepsia, pero la familia prefiere pensar que se trata de un milagro que les dará una segunda oportunidad con Noevia.