Tres discusiones de la década
La década que terminó, y que permanece innombrada, estuvo marcada por varias discusiones filosóficas que tuvieron un alto impacto social y político. Escojo algunas de ellas.
Antes de empezar el siglo, Samuel Huntington habló de "la venganza de Dios" para señalar el retorno de la religión como elemento distintivo de las civilizaciones y como gran factor sociopolítico. El fundamentalismo islámico irrumpió con fuerza en todo el mundo y no se quedó sin respuesta. Los cristianos ripostaron con nuevos integrismos y los católicos intentan renovar su dogma. "La pasión" de Mel Gibson y la vehemente trilogía de la inolvidable Oriana Fallaci quedan como testimonios narrativos de esta reacción. A nivel criollo apenas tenemos una expresión pobre y casi cómica del ateísmo parroquiano. ¿Qué importancia tiene la religión en la vida social? ¿Debe quedar la religión restringida sólo al ámbito privado? Pensadores como Charles Taylor y William Connolly están intentando respuestas diferentes a las modernas.
En 2001 se conocieron los resultados del proyecto sobre el genoma humano y en 2006 se clonaron las primeras células madre. ¿Hasta dónde es permisible que el ser humano afecte los procesos naturales de la generación de la vida y de los caracteres de las criaturas que nacen? La bioética como nueva disciplina filosófica se abre paso. También los viejos temores que había previsto Mary Shelley con su Frankenstein y la manipulación genética impulsada por el nazismo. El nombre de la ciencia y el control de los males naturales se presentan como argumentos a favor, las posibilidades de manipulación técnica y política como respuesta. Los filósofos alemanes Jürgen Habermas y Peter Sloterdijk fueron protagonistas de un debate muy candente en Alemania, pero la discusión apenas comienza. Hay poca preocupación en Colombia sobre los retos que se nos vienen dada nuestra riqueza biológica.
Esta década recobró la conciencia, parcialmente olvidada en años anteriores, sobre la realidad de la guerra y conoció la globalización del fenómeno terrorista. Obama está demostrando que la centralidad de estos temas trascendía a los gobiernos de Bush y ahora veremos que esto no dependía tampoco del ánimo personal del Presidente Uribe. Los que hacen política insinuando la posibilidad de una vida social carente de estos elementos son demagogos y explotan ilusiones antiguas y utópicas. El libro de Michael Walzer "Guerras justas e injustas" ha sido, por eso, una de las obras más discutidas de nuestro tiempo. En Colombia, Iván Orozco Abad presentó una de las más lúcidas reflexiones en lengua castellana sobre estos asuntos en su libro "Los límites de la conciencia humanitaria".
El lugar de la nueva religiosidad en una sociedad postsecular en la que las creencias religiosas vuelven a ser importantes para la identidad social y las normas sociales; los criterios éticos y políticos para gobernar los veloces avances científicos que están desbordando la imaginación de todos los narradores de ficción; el tratamiento y la convivencia con todas las expresiones locales y globales de la violencia política; estos fueron en la década y serán en el porvenir temas centrales.