Histórico

Tomás: nueva desgracia de Haití

LA TORMENTA TROPICAL Tomás ya generó intensas lluvias en la isla y hoy podría ser peor. Autoridades temen por la fragilidad del país.

04 de noviembre de 2010

Los habitantes de Haití miran al cielo y no pueden creer que otra desgracia vaya a caer sobre ellos. Primero el terremoto, luego el desplazamiento, hace poco un brote mortal de cólera que lleva cerca de 500 muertos y ahora Tomás, una tormenta tropical que está apunto de convertirse en huracán y va a golpearlos con inclemente fuerza.

Escenas de nerviosismo se registraron ayer en algunos campos de desplazados del terremoto de enero, donde muchas personas protestaban por tener que irse en contra de su voluntad ante la prevista llegada de la tormenta tropical Tomás, que desde anoche se acerca al desolado país.

Las autoridades iniciaron ayer desalojos masivos que afectan en especial a los 1,3 millones de damnificados del sismo del 12 de enero pasado que viven en tiendas de campaña, en campamentos repartidos por gran parte de Puerto Príncipe.

"Si las personas se niegan a desplazarse, se empleará la fuerza", indicó una fuente de la Protección Civil que subrayó que se están buscando "lugares seguros" para quienes no tienen posibilidad de encontrar refugios.

Lejos de los campamentos, muchos de los haitianos que se lo pueden permitir (se estima que más del 70 por ciento de ellos vive en la pobreza) se lanzaron a los supermercados y agotaron las existencias de productos básicos como el pan, que no podía encontrarse en comercios de Petion Ville, un área residencial de gran actividad.

Por eso, al no tener nada que vender, algunas panaderías cerraron antes de la hora, al igual que oficinas que sólo trabajaron media jornada y dejaron a sus empleados marcharse a sus casas o a lugares seguros.

Otro producto cuya escasez se vio toda la jornada fue el cazabe, una torta que se elabora a base de yuca y que muchos haitianos utilizan para sustituir al pan.

Lo mismo sucedió con el bacalao, un pescado que se puede conservar con facilidad y que desapareció de algunos puntos de venta.

Lluvias y tormentas
Ayer, tras una mañana de cielo encapotado, la lluvia llegó a la capital hacia las dos de la tarde.

A esa hora todavía seguían abiertos, y llenos de gente, algunos comercios y restaurantes, además de los últimos supermercados y gasolineras que registraban largas filas de vehículos.

Y es que muchos conductores prefirieron abastecerse de combustible ante lo que pueda pasar cuando llegue Tomás, pues no olvidan los problemas sufridos en días de escasez de carburante, como ocurrió tras el terremoto de enero.

El ir y venir se veía dificultado por atascos en diferentes puntos de la ciudad, con gente que iba a su casa antes de tiempo y otra que completaba las últimas gestiones del día antes de buscar refugio, por lo que Puerto Príncipe vivió, por así decirlo, una hora punta anticipada.

Entrada la tarde las lluvias arreciaron y se espera que para hoy, la tormenta entre con toda su fuerza.

En Haití solo rezan para que el paso sea rápido y lo puedan contener. No aguantan más tragedias.