¿Súbditos o ciudadanos?
Las personas que forman la comunidad, han cambiado. Hoy se saben ciudadanos y no súbditos. Cada vez entienden más el concepto de una democracia bajo la que se supone se respetan sus derechos, y en la que se supone que hay una administración de lo público para beneficios de todos.
La pregunta, paralelo a lo anterior, es si las personas que ejercen algún cargo público lo hacen con la intención puesta en servir a ciudadanos o en servirse de súbditos. Antes de la creación de las naciones democráticas no existían ciudadanos, las personas eran súbditos que obedecían a quien ejercía el poder (generalmente tiránico) de acuerdo con sus beneficios particulares (que generalmente eran económico-familiares).
Hoy tendríamos que preguntar a quienes ejercen alguna función pública si cuando llegan a esas instancias resucitan aspiraciones medioevales de reyes omnipotentes que solo ven la posibilidad de realizar ambiciones económico-personales, o si su ética ciudadana ha evolucionado proporcionalmente con el concepto de democracia, donde se supone que los beneficios son para todos en igualdad de condiciones.
Claro que no se puede desconocer que en el tercer mundo (un estado mental promovido por la deficiente educación) perviven súbditos que, además de no ejercer el derecho al pensamiento, son incapaces de organizarse como ciudadanos para promover que los bienes públicos sean administrados en beneficio de todos. Ese tipo de organización es lo que hoy se llama la "sociedad civil": ciudadanos organizados, capaces de ejercer veedurías que obligan a la buena administración de lo público: recursos financieros, naturales, espaciales, etc.
Desde el ejercicio político con mentalidad primermundista se promueve la generación de ciudadanos. Y en la mentalidad primermundista de los ciudadanos se vigila el ejercicio de una buena administración de lo público.