¡Qué gadejo!
( Gadejo: sigla que evita decir palabras fuertes; significa 'ganas de jo? molestar).
Sobre la supuesta masacre de empleos en la Gobernación ¡muchos! opinan sin conocer la lista de empleos que había, su utilidad, necesidad, costos, etc.
Hace algún tiempo, en una de las columnas sobre manejo de empresas, decía que: un trabajador es un trabajador; dos trabajadores son dos trabajadores; tres son dos y medio y cuatro equivalen a dos; si hay cuatro, hay cuatro días semanales en los cuales solo trabajan tres; hay dos meses y unos días, en los cuales hay un trabajador en vacaciones; en vez de la posibilidad de un empleado enfermo, hay cuatro; pueden morirse 4 mamás, o papás, o tías, o hijos; se multiplican los problemas familiares para los cuales -si el patrono es humano y correcto- deben darse licencias remuneradas.
Y agregaba: un trabajador puede oír radio pero no tiene con quién tertuliar; dos conversan pero tratan de no trabajar menos que el compañero; tres juntos son tertulia; si son más se puede trabajar mucho más despacio porque el trabajo se realizará en el mismo tiempo que si fueran dos...
Otro caso: usted empieza a administrar un conjunto residencial y encuentra: un rondero, un 'oficios varios', dos porteros. Pronto, uno o varios de los habitantes del conjunto observa -de buen modo, o con indignación- que el parqueadero está sucio, tiene moho, se necesita ¡de urgencia! otro 'oficios varios'; se concede.
Luego se juzga que un rondero no es suficiente, se puede entrar un ladrón, y uno solo puede dormirse; se contrata un co-rondero. Luego se ve que es imposible tener dos porteros: debe haber 3 turnos, de ocho horas, es más justo, más seguro.
El 'oficios varios', atareado con la limpieza del piso, no puede recoger las basuras y ponerlas en la portería, el portero no puede abandonar su puesto para realizar esta faena y consiguen un recogedor de basuras... etc.
Un año más tarde, los administradores han conseguido -por pedido o exigencia de los habitantes del condominio- cuatro o cinco trabajadores más. Llega otro administrador. ¿Qué hace si no le alcanzan las cuotas de manejo para pagar los impuestos de todo tipo, la administración, los parafiscales?
Respetando el buen nombre de cada empleado, analiza la posibilidad de volver al número inicial... o deberá subir las cuotas de administración -algo que nadie aceptará-, o renunciar al manejo de semejante lío.
Si esto es a nivel ínfimo, sin politiquería, ni decisiones de la mejor buena voluntad pero equivocadas, qué no será donde entran en juego infinidad de razones para nombrar y nombrar y nombrar; todo por cuenta del llamado 'Estado' que en realidad es el ciudadano que paga impuestos.
Antes de armar una gran pelotera, es indispensable conocer las cifras exactas de los puestos que había, cuánto cuestan, cuál es su verdadera importancia o necesidad. Una vez seguro de los hechos, bien enterado, entonces opine; de lo contrario el remolino es puro 'gadejo': el deporte favorito de los colombianos.