Histórico

Nacional cultiva y abona sus genes

Hijos de exjugadores actúan hoy en el club, en el equipo profesional y las menores.

05 de abril de 2014

Los genes verdolagas se prolongan en el tiempo y alimentan las nuevas generaciones. Ídolos del pasado ya se ven reflejados en sus hijos, así no les hayan insistido para que siguieran sus pasos.

Gildardo Gómez, José Fernando Castañeda, Nixon Perea, Geovanis Cassiani, Francisco Mosquera y John Jairo Tréllez, otrora jugadores de Nacional, se enorgullecen al ver a sus herederos vestidos de blanco y verde, aunque algunos apenas dan sus primeros pasos en el fútbol.

Tréllez y Mosquera ya vieron realizado el sueño, pues Santiago y Miller, respectivamente, hoy en día hacen parte de la cotizada plantilla de 30 profesionales. Santiago, por ejemplo, dice que las comparaciones con la Pantera Tréllez nunca faltan, pero él ha tratado de ser auténtico. Quiere escribir su propia historia.

Juan Diego Perea, de 17 años, zaguero, acepta que estar tanto en las canchas con su padre Nixon contagió su apego al balón. Él quiere ser médico, pero esperará un tiempo más para buscar un oportunidad en el fútbol. Sabe que no es fácil: "en el campo social es bueno tener un papá reconocido, eso da orgullo, pero en el ámbito deportivo uno tiene una presión extra".

Nixon, entrenador en las divisiones menores del club, asegura que "eso es genética" y acepta que sus hijos Andrés Felipe (13 años) y Juan Diego, jugadores en formación en Nacional, cargan un peso grande "porque la gente siempre los va a medir".

No sabe si ellos alcanzarán a ser profesionales como él lo hizo en el Rey de Copas entre 1994 y 1997, y no los presiona. Lo que sí les insiste es que hagan deporte, "porque eso les da disciplina y carácter".

Gildardo Gómez, como Nixon, tiene dos hijos en las menores del equipo verde (Mateo -Prepony- y Sebastián -sub-15-) y uno en el Medellín (Santiago -Pony-).

"Son cosas de mi Dios, los tres juegan bien y disfrutan. Yo no les digo nada, lo que han hecho es por sus propios méritos, es un proyecto de vida de ellos y yo los apoyo. Quiero que estudien, pero si deciden ser futbolistas tienen que ser personas que se cuiden y hagan las cosas bien", apunta el exlateral.

Cristian Giovanni Cassiani, lateral izquierdo de 19 años, nacido en Medellín pero criado en Urabá, juega en la primera A. Dice que el fútbol es una pasión y que "con trabajo y la ayuda de Dios" llegará al rentado. Su padre (entrenador) le recomienda paciencia y aprovechar las oportunidades.

David Castañeda, hijo del Chepe Castañeda, a diferencia de su padre que fue arquero (vive en E.U.) es atacante. "Cuando mi papá supo que estaba en Nacional se puso feliz, pero me dijo que tenía que luchar mucho. Y con mentalidad ganadora uno triunfa". De chico quiso ser arquero, pero aceptó las recomendación del Chepe, quien le manifestaba que "esa era una posición muy malagradecida". Se quedó como atacante y es otro fruto de la semilla verdolaga que parece inagotable"