Estrato 6 se mete a montañas de Bello
Con sus 113 metros de largo, el aviso de Norteamérica, que desafía los fuertes vientos en una montaña de Bello, puede ser visto desde los cuatro puntos cardinales del Valle de Aburrá. A su alrededor se han tejido varios mitos, todos falsos: Esta no es una base militar de Estados Unidos. No es un potencial blanco de los cohetes de los ejércitos chavistas. Tampoco es una provocación para los movimientos de izquierda que tienen cazada una pelea ideológica contra el imperialismo yanqui.
Nada de eso. Norteamérica es el más ambicioso proyecto inmobiliario del que se tenga noticia en el Valle de Aburrá. Tanto para la administración de Bello como para sus promotores privados, este es el símbolo de un nuevo municipio, en el que tendrán cabida las fincas de recreo y vivienda para los estratos más altos.
"A los bellanitas se les había olvidado soñar". Lo dice Hernando López González, un geólogo que lleva 13 años al servicio de Planeación Municipal y que se conoce cada metro cuadrado de este municipio situado al Norte de Medellín.
En Norteamérica tienen espacio para recuperar sus sueños. La sociedad anónima que promueve el proyecto indica que el lote, situado en el sector de Buenavista, tiene un área de 380 hectáreas. Eso, para que tengan una idea, es cerca de 10 veces el lote en el que se desarrolló la ciudadela campestre Suramérica. El 80 por ciento de la tierra está en Bello, el 12 por ciento en jurisdicción de San Pedro y el 8 por ciento restante en Copacabana.
¿Y qué se puede hacer allí?, le preguntó este diario al funcionario de Planeación.
"Prácticamente de todo", respondió López González. El grupo de arquitectos del proyecto trabaja intensamente en el diseño de diversas opciones, con énfasis en la vivienda. Lo primero que se está poniendo en blanco y negro son las fincas, agrupadas o solas en medio de generosas áreas, y torres de apartamentos, complementadas con comercio, industria liviana y no contaminante, spa, deportes extremos... y todo lo que se les ocurra a los constructores, porque con tanta tierra "hay para todos los desarrolladores".
No es una locura, dicen los empresarios y el funcionario municipal. En el pasado, recuerdan, se decía que en Bello no había demanda para vivienda con precio superior a los 60 millones de pesos. La realidad demostró que sí. Ahora es fácil hallar proyectos que pasan de largo los 100 millones de pesos.
Es que, explica López González, Bello vive todo un proceso de transformación. La parte más visible para muchos es la llegada de las grandes superficies de comercio, como el Exito, Carrefour, Home Center, Flamingo y el centro comercial Puerta del Norte.
Esa es apenas la punta. Bancolombia, el primer banco del país, lleva adelante dos torres, en la que albergará sus estratégicas unidades de tecnología. Comfama construye una clínica, que se suma a Emsa, recientemente inaugurada, y a proyectos como la Clínica del Norte y la que también pretende levantar la Remington, con 150 camas y 50 unidades de cuidados intensivos para neonatos.
En camino están nuevos centros comerciales, la remodelación de la Unidad Deportiva Tulio Ospina, la renovación urbana del barrio Madera y un largo etcétera que comprende hasta la construcción de una minicentral eléctrica en Potrerito.
Los promotores confían en este megaproyecto y resaltan las condiciones de seguridad del mismo, pues tiene como vecinos a la hidroeléctrica Niquía, que vive custodiada los 365 días del año, la urbanización Villa Roca, el parque Quitasol y hasta el Batallón Pedro Nel Ospina.
Por eso, dicen, este será el mejor vividero del Norte.