La espada dobló la esperanza
Cada punto era un puño cerrado, un grito al cielo, una celebración ahogada. La final entre Colombia y Brasil en la espada de la esgrima femenina parecía la última. Se vivió como la definitiva en los Juegos Suramericanos.
En la tarde de ayer, a las 5:00 p.m. cuando comenzó el duelo, todavía Colombia no celebraba el título general, y por los corrillos del Pabellón Azul de Plaza Mayor se oía decir... "Si ganamos somos campeones". Por eso, el duelo de la tranquila esgrima parecía la final de la Copa del Mundo de fútbol.
El duelo era por equipos, en la modalidad de espada femenina. Por Colombia, la medallista Ángela Espinoza, junto a Natalia Lozano y Diana Rodríguez, con la antioqueña Ana María Castrillón como la alternativa.
Por el otro lado no estaba Venezuela, el gran favorito al oro, y quien cayó derrotado en semifinal por Colombia. Sí, por primera vez en su vida, las colombianas salieron victoriosas ante las mejores de la comarca.
"Para nosotros fue una jornada redonda, por fin nos quitamos de encima a Venezuela, a la que nunca, léalo bien, nunca le habíamos ganado como equipo de espada. Es una experiencia bonita", sostuvo Ángela Espinoza, la ganadora en individual y la base del conjunto.
Y la final fue candente. En la pista central, las brasileñas pegaron primero, y luego fueron alcanzadas gracias a la espada rápida de Ángela.
La tribuna parecía caerse. En una esquina, los bullosos colombianos golpeaban tan fuerte las gradas metálicas, haciendo un ruido tan fuerte que molestaba en el levantamiento pesas, a un centenar de metros del lugar. Parecía un tambor gigante.
Finalmente, el triunfo fue para las colombianas con resultado de 45-42 para las dirigidas por Fabio Lozano.
"Estamos muy contentas por lo que habíamos planteado desde el año pasado. El equipo se portó muy bien pues eran dos rivales muy fuertes como Venezuela y Brasil. Lo bueno es que esta fue doble, por la lucha que tenemos en el medallero. Es una gran felicidad", anotó Natalia Lozano, la encargada de marcar el último punto que desató la alegría en la tribuna, que parecía una popular de fútbol, y que celebró un oro doble.