Histórico

La escopolamina: cuídese que anda suelta

25 de julio de 2008

Ciego como un murciélago, seco como un palo, rojo como un tomate, caliente como una brasa y loco como una cabra, así describió el toxicólogo Hugo Gallego, los síntomas que produce la intoxicación con escopolamina o burundanga a una persona.

Esta práctica se ha convertido en un problema que afecta cada día más la seguridad de los ciudadanos.

Sin embargo, existe un alto subregistro debido a que la gente no denuncia. De un lado porque la presencia de esta sustancia solo permanece de 2 a 3 horas en la orina y no es posible asegurar que fue lo que la causó. Por otra parte, algunas de las víctimas aparecen días o semanas después.

El suministro de escopolamina no sólo se hace para robar. Hace más de un mes una joven de 19 años estuvo en el parque San Antonio con una amiga tomándose una cerveza. Al día siguiente apareció en un sótano y su amiga en otra casa. Días más tarde se enteró que estaba embarazada. La joven recurrirá a la justicia para realizarse un aborto asistido. Esta fue una de las historias que se escuchó ayer en el Concejo, en el debate sobre los efectos de la escopolamina.

A Iván Darío la escopolamina también lo sorprendió un día tomándose un trago en El Poblado. "Estaba solo y la persona me insistió tanto que le recibiera una galleta, que me hizo dar pena", recuerda el hombre, que fue encontrado al otro día a las 9 de la mañana. "Mi esposa me llamó y al escuchar mi voz y las incoherencias salió a buscarme".

Como estas fueron varias las historias que se dieron a conocer ayer en el Concejo.

El concejal Luis Bernardo Vélez, citante al debate, llamó la atención sobre esta práctica que también se presenta en sitios prestigiosos de la ciudad: hoteles, restaurantes. Cuestionó la venta libre de medicamentos como sinogan y diazepán, los mismos que son encontrados en discotecas pero no decomisados.

El director seccional de Fiscalías de Medellín, Guillermo León Valencia, sostuvo que hay 43 casos judicializados, que están relacionados con robo de apartamentos y vehículos. Y otros 35 delitos materializados a partir del suministro de esta sustancia.

"Todo empieza en bares, restaurantes, discotecas y la gran mayoría de las personas afectadas pertenecen al grupo de personas Lgtb. La población más vulnerable está entre los 40 y 60 años", explicó el funcionario.

Una banda
Los resultados arrojados por las investigaciones hechas por la Fiscalía indican que esta práctica es realizada por una banda que viene del Eje Cafetero y tiene sus centros de operación en Bogotá, Cali, Pereira y Medellín.

Cuando una persona queda bajo los efectos de la escopolamina pierde su voluntad y la memoria reciente, más no la pasada, lo que le facilita a los delincuentes obtener claves, direcciones e incluso obligar a las personas a firmar documentos o escrituras, sostuvo Valencia.

En lo que va corrido de 2008 por lo menos 3 personas han muerto a causa del suministro de escopolamina, otras 60 han sido víctimas de diferentes delitos y abusos por cuenta de esta droga y se presumen 5 casos de ciudadanos quienes luego de desaparecer por varios días han sido encontrados en otros municipios, inclusive fuera de Antioquia, también a causa del suministro de escopolamina, aseguró el concejal Luis Bernardo Vélez.

Pero el registro que se tiene en Secretaría de Gobierno difiere en número de casos. De acuerdo con el jefe de esta dependencia, Jesús María Ramírez, entre enero y julio de este año se han presentado 16 casos, cuatro en mujeres y 12 en hombres, siendo la comuna 10 (el centro) y la 14 (El Poblado), Laureles y sectores de la 33, los lugares donde se presenta el mayor número de víctimas.

La subsecretaria de Salud, Sonia Bedoya, dijo que en el 2007 se presentaron 45 casos, de los cuales 5 se atendieron por urgencias y 8 fueron hospitalizados. Aclaró que la posibilidad de muerte por ingerir esta sustancia no es muy alta, pero puede suceder en algunos casos.

Operativos
Una de las dificultades para encontrar a los delincuentes que utilizan este método par aprovecharse de sus víctimas es la dificultad de sorprenderlos. La Policía Metropolitana y la división de estupefacientes de la Sijín en los 300 allanamientos realizados no se han encontrado lugares donde se produzca esta sustancia. Por ello convocaron a que la ciudadanía contribuya en esta tarea.

El toxicólogo Hugo Gallego contó que en Itagüí se conoció el caso de un niño intoxicado por escopolamina, que cayó a una caneca donde guardaban la sustancia.

Para el control de esta situación el concejal Luis Bernardo Vélez propuso incluir la intoxicación por escopolamina en los eventos de vigilancia epidemiológica, pidió mayor control de los establecimientos públicos, principalmente en las zonas como puntos de operación de los delincuentes, en el sector hotelero y realizar campañas de prevención.