Histórico

La economía debe ser creativa: Lala

La experta brasileña Lala Deheinzelin propone una mirada distinta al manejo de los recursos.

27 de agosto de 2013

Economía creativa es un concepto que puede llevar a muchas interpretaciones. En tiempos marcados por la certeza sobre recursos que son limitados, vale la pena explorar la propuesta de la brasileña Lala Deheinzelin.

Esta mujer de presencia serena e imposible de clasificar, se ha convertido en un referente para disciplinas en apariencia contrarias como la economía y el ambientalismo, la sociología y el diseño.

¿En qué consiste su propuesta de la economía creativa?
"Vivimos al paso de los siglos donde la sociedad, la economía y la política se organizaron en torno a los recursos materiales como la tierra, el oro o el petróleo, que por ser tangibles se consumen con el uso y son finitos. Y esa finitud crea una economía de escasez, basada en los modelos de competencia. Sin embargo los recursos intangibles como la cultura, el conocimiento y la experiencia, son infinitos; renovables y pueden representar una economía de abundancia, basada en modelos de colaboración.

Son cuatro pilares que corresponden a cuatro infinitos: uno es el de los recursos intangibles que no solo no se agotan, sino que se renuevan y multiplican con el uso. Solo este hecho debería hacer que la economía creativa fuese prioridad estratégica, en un momento en el que un gran interrogante es cómo seguir con la ampliación de la calidad de vida y la generación de ingresos si el planeta es uno solo, finito. Pero si los átomos de la tierra son finitos, los bits de las nuevas tecnologías son nuestro segundo infinito.

Y eso genera nuestro tercer pilar, las infinitas formas en que la sociedad en red se organiza, produce y reinventa. El cuarto pilar es la llave para que sea posible revelar y actuar con los pilares anteriores: una visión multidimensional de la riqueza que hemos llamado economía 4D, porque considera recursos y resultados, no sólo en la dimensión financiera, sino también en la ambiental, social y cultural".

¿Y eso cómo podría aplicarse en la actualidad?
"Los recursos intangibles -cultura, conocimiento, creatividad, experiencia- son abundantes en países y regiones consideradas ‘pobres’ pero las nuevas tecnologías hicieron que se volvieran visibles y accesibles permitiendo que su potencial se concrete. La combinación de los dos infinitos genera un tercero, aquel de las nuevas formas de organizar personas, relaciones, proyectos, creación y finalmente la producción de la tal ‘sociedad en red’. Y, finalmente, para viabilizar este proceso necesitamos hacer tangible lo intangible: desarrollar métricas e indicadores que permitan reconocer, validar, compartir y monitorear recursos y resultados, cuantitativos y financieros.

Y aquí está nuestro cuarto infinito: índices multidimensionales de riqueza. Nuestra mirada 4D considera recursos y resultados en las cuatro dimensiones de la sostenibilidad, y por lo tanto la economía: ambiental, financiero, simbólico–cultural y socio-político".

¿O sea que existen cuatro nuevas dimensiones de la sostenibilidad?
"Sí, y cuando nos ponemos las gafas 4D, hacemos visible la riqueza -recursos, resultados y valor-, en cuatro dimensiones. En la coordenada de lo tangible tenemos las dimensiones financieras que tienen que ver con lo monetario y lo solidario, mientras que la de ambiente se relaciona con la tecnología y la naturaleza. En la coordenada de lo intangible tenemos las dimensiones culturales y sociales, referidas a los simbólico y cognitivo y a la sociopolítica".

Usted plantea una dimensión más amplia del patrimonio, ¿cuál es?
"Normalmente pensamos en patrimonio si se refiere únicamente a lo financiero, inversiones, mercados, intercambios, horas bancarias, monedas complementarias. Pero también existe el patrimonio en la dimensión social que habla de tejido social, redes, representación política, articulación, liderazgo, acción coordinada y reputación. El patrimonio en la dimensión cultural tiene que ver con el conocimiento, las prácticas, atributos, historia e idiomas mientras que el patrimonio en lo ambiental, no sólo en el medio natural, con la biodiversidad, las materias primas, nuestro cuerpo y la salud, sino también el ambiente tecnológico con espacios, estructuras y equipamiento".

Así mismo, usted propone varias maneras de abordar la idea de capital
"Habitualmente hablamos en varias formas de capital: humano, intelectual, social, cultural y ambiental. Usamos todo el tiempo estas expresiones, pero todavía no reconocemos que ‘valor’ es mucho más que lo financiero. Es lo que llamamos economía 4D. Si tuviéramos el valor de dejar atrás muchos de los modelos del siglo XX, conocidos y -cómodos, aunque equivocados- y tomáramos las decisiones correctas de ese ‘cuarteto infinito’ puede darse la posibilidad de crear el otro mundo sostenible y justo que deseamos, y es posible".