UNA DE LAS ventajas de la enfermedad es que la gente de la ciudad la conoce y hay sensibilidad frente a ella; antes era un mito. Sin embargo, es importante que los padres estén atentos para que sus hijos no la sufran.
Estela Pretelt luchaba contra un "monstruo" que lentamente le estaba robando la vida. Era un sufrimiento constante que parecía no tener fin. Ella estaba enferma de anorexia y lo peor de todo era que no lo sabía.
"Sufrí este flagelo hace veinte años, cuando la enfermedad aún no era conocida en Colombia. Me trataron todo: gastritis, tiroides, hernias y otros aspectos, pero nunca dieron con el verdadero problema. En mi interior sabía que era algo raro y que estaba acabando con mi vida", cuenta.
Y es que la anorexia es un grave trastorno de la conducta alimenticia que afecta, según especialistas, a un alto número de mujeres, la mayoría de ellas adolescentes o modelos. Aunque en los hombres, muchas veces, el problema se torna silencioso.
"La persona que padece esta enfermedad sufre una alteración de la percepción del peso o la silueta y le otorga una importancia exagerada a estos elementos, produciendo una incapacidad para comprender y asumir el peligro que trae el bajo peso corporal", dice el psicólogo Carlos Andrés Londoño Arias.
Apunta, además, que este tipo de alteración, en la mayoría de los casos, se induce por presión social. Ahí es donde una imagen ideal de mujer o de niña obliga a vestirse, pensar y actuar de cierta forma, para lograr la aceptación al grupo de referencia.
"La angustia de la niña por lograr parecerse a ese modelo la lleva a tomar decisiones inadecuadas que van en claro detrimento de su salud física y consecuentemente de su salud emocional", anota el psicólogo.
Algo similar le ocurrió a la comunicadora social Diana Marcela Muriel Brand. Ella recuerda que a los 18 ó 19 años de edad, cuando estaba en la universidad, se fijaba mucho en el prototipo de mujer delgada "con el súper cuerpo".
"Cuando estamos jóvenes los medios y nuestros entornos nos dicen cómo debemos vernos y tendemos a aceptar esa falsa realidad. A mi me pasó con un novio que me decía que estaba gorda y me bajaba la autoestima," cuenta Muriel.
Sin embargo, dice que aprendió la lección y que lo más importante es valorarse y hacer que la valoren.
El problema en la actualidad
La enfermedad por estos días es silenciosa como en la mayoría de los hombres.
En Medellín, donde hace algunos años se hacía un trabajo especial con la siquiatra Lucrecia Ramírez, ya no existe. En la actualidad la Secretaría de Salud no tiene ningún programa para esta problemática y la Secretaría de las Mujeres "la trata de una manera integral", cuenta Nirma Lucía Páramo, Comunicadora Social de la Secretaría de Las Mujeres.
"La secretaría se enfoca en trabajar con las mujeres desde su autoestima para que se quieran, respeten y valoren. Ahí hay una incidencia indirecta sobre el programa de anorexia-bulimia", dice Páramo.
Y de hecho la clave radica en cómo se sienta y se vea cada persona, si tiene buena autoestima nada podrá influenciarla.