INVESTIGACIONES QUE MATAN
Si hay algo implícito a la tarea del científico, es la de buscar la verdad. Lógico, detrás está el decirla también.
En este mundo en el que se miente a conveniencia (¡tantos ejemplos en esta Colombia!) la mentira está tocando una actividad que se había creído blindada: la ciencia.
Parece ser un sino de la vida moderna: el éxito a cualquier precio, así sea mintiéndole a medio mundo, algunas veces en asuntos tan delicados como el avance científico que puede beneficiar a millones de personas.
Este año ha sido prolífico en casos. Algunos muy rimbombantes, como el del doctor Marc Hauser .
El prestigioso psicólogo, que dictaba una de las cátedras más concurridas en Harvard e investigador profuso sobre el comportamiento animal y la capacidad de los simios para aprender un lenguaje, fue hallado culpable, tras largo proceso, de fabricar datos y manipular resultados en múltiples experimentos.
Hauser era citado en muchos medios y fuente obligada para periodistas. ¿Qué le pasó? En un comunicado se disculpó por los errores que cometió.
Diederik Stapel , conocido psicólogo que estudiaba el comportamiento de los consumidores fue investigado por su universidad en Rotterdam y debió renunciar, a la vez que hubo de retractarse de 30 artículos científicos.
La marca recae en Hyung-In Moon , investigador surcoreano en plantas, que debió retractarse de 35 artículos.
Todos estos casos servirán de ejemplo y quizás en unos años solo sean una anécdota, pero vale una reflexión: ¿qué nos está pasando?
Un informe de iThenticate (software contra el plagio, que seguro en Colombia se recalentaría) reportó que 23 por ciento de los artículos rechazados en los journales especializados se debía a plagio; que uno de cada 3 científicos acepta prácticas cuestionables; y que en 10 años, de 2001 a 2011 se multiplicó por 10 el número de retractaciones.
Entre lo serio del asunto figura que unos 70.501 pacientes fueron tratados con base en hallazgos reportados en artículos que luego tuvieron que ser retractados.
Muchos de estos investigadores debieron renunciar (Hauser anda en un programa educativo para jóvenes en riesgo), pero ¿y qué?
Grave el daño que se hace al avance del conocimiento humano, que es duradero, en pos de una gloria efímera.
Maullido: la reforma educativa es urgente, pero no existe interés en sacarla tras el descalabro del año pasado.