Histórico

HOY FELICES... Y MAÑANA INFELICES

25 de agosto de 2012

No sé por qué hoy en día es tan difícil decirle ¡no! a cualquier cosa que quieran los hijos. Supongo que tiene que ver con que nos duele verlos tristes cuando no reciben lo que piden; o que queremos que tengan lo mismo que tienen todos, o nos aterra que formen un pleito terrible si no los complacemos... Y por eso les damos lo que sea necesario para verlos siempre sonrientes.

Lo curioso es que la mayoría de los padres no fuimos criados así, y no nos daban nada que no nos ganáramos o necesitáramos. Como a los padres no les interesaba vernos felices sino formarnos y prepararnos para la vida nos exigían mucho y nos daban poco. Así, a lo largo de la niñez nos hacían luchar por merecernos lo que pedíamos, y gracias a ello desarrollamos la capacidad de esforzarnos para lograr lo que queríamos y la dicha de valorar lo poco que recibíamos.

Sin embargo, hoy en día a los niños se les da todo lo que piden y lo que no también, para mantenerlos sonrientes. Así, hoy ellos tienen todo desde pequeños: reloj (que nosotros recibimos como regalo de Primera Comunión) antes de que siquiera reconozcan los números; habitación privada con cama doble (que nosotros tuvimos cuando nos casamos) desde los 8 o 10 años. Y desde los 6 o 7 años tienen “novio(a)”, televisor con DVD, Play Station, I-pod, celular, I-pad, computadora...

Yo me pregunto ¿qué pueden ambicionar estos niños? Con qué ánimo se van a esforzar por aprender, por capacitarse para ganarse su sustento si siempre han recibido todo sin hacer nada? Si lo que queremos es darles lo mejor, ¿será que darles todo lo habido y por haber es en realidad “lo mejor” para ellos?

Lo grave es que en esta forma no sólo están gozando poco en la niñez sino que pagarán caro en la adultez, porque al tener tanto no están aprendiendo a lidiar con la frustración ni a postergar la gratificación, no agradecen todo lo que reciben ni valoran lo que tienen. Y si bien ahora la pasan felices... mañana estarán infelices.