Histórico

Espectacular presentación de Rammstein

04 de diciembre de 2010

Grandes llamaradas formaban unos destellos  que causaban los gritos delirantes del público. El fuego cruzaba el escenario y el calor era intenso. Los integrantes de Rammstein se movían con lanzallamas como si fueran juguetes y cruzaban chorros de fuego de 10 metros sobre las cabezas de los colombianos que asistieron este viernes en la noche a uno de los conciertos con mejor puesta en escena que se han presentado en el país.

Con sus vestimentas oscuras, góticas y manchadas de rojo, los integrantes del grupo alemán tocaron sus éxitos en una combinación perfecta de sonidos, explosiones y luces. A pesar del idioma, al otro lado del escenario los más fanáticos repetían las letras oscuras que hablan de pedofilia, prostitución, canibalismo o sexo.

Otros rockeros movían sus cabezas en círculos o batían sus cuerpos encima del fango y los charcos del potrero que, sin merecerlo, se llama Centro de eventos y conciertos en Sopó, al norte de Bogotá y que aún está en construcción.

Canción tras canción, sin descanso desde las 10 de la noche en punto hasta casi la medianoche, los alemanes mostraron no solo que en sus canciones y en sus videos lo ponen todo para ser los mejores. Como en Mein teil (Mi parte), donde una gran olla humeante contiene un plato singular: al teclista Christian Lorenz, quien mientras tocaba secontorsionaba como si las llamas lo estuvieran quemando en una sopa humana, simulando la que comía el caníbal de Rotenburgo, de quien se basaron para esa canción.

No contento, el cantante Till Lindemann, vestido con un delantal que simulaba estar manchado de sangre y luego de afilar un gran cuchillo, le lanzaba grandes llamaradas a la olla para “cocinar” a su compañero.

Todo esto mientras las guitarras eran tocadas por Richard Z. Kruspe y Paul Landers y hacían lo suyo el baterista Christoph Schneider y el bajista Oliver Riedel, tan sincronizados que parecía estar sonando el disco en un equipo de sonido.

Rammstein mostró toda su fuerza en Colombia. El cantante Till Lindemann golpeaba su pierna derecha y movía su cabeza cuando la música se aceleraba. Y el público respondía brincando, aunque los que podían aguantarse alzaban sus cámaras para captar un momento inolvidable.

Los mejores exponentes del metal industrial ya pisaron suelo colombiano y hasta navegaron sobre los asistentes, porque en un momento Christian Lorenz se subió a un bote inflable que fue alzado por una parte de la localidad Pyro o VIP, mientras tocaban Haifisch (Tiburón).

Tanto quisieron calentar el frío de la Sabana de Bogotá, que los integrantes de Rammstein lo dieron todo en el escenario con su música y su espectacular show de fuego. Tocando canciones como Feuer Frei!, Benzin y la que ha sido considerada éxito en el mundo, Du Hast. Aunque cerraron, tras las peticiones en coro que hizo el público, con Te quiero puta.

Satisfechos, los por lo menos 15.000 asistentes salieron de manera organizada, a pesar de que afuera la cantidad de carros y buses con personas incluso de otras ciudades, hizo difícil el regreso a Bogotá.