En la cancha, Davi Rancan es un cara dura
EL DIM RECIBE hoy al Deportivo Cali en el Atanasio Girardot, en un atractivo partido por la tercera fecha de la Liga Postobón-II. El defensor brasileño es uno de los refuerzos que espera con ansiedad su estreno con los rojos.
Por fuera de la cancha es amable y simpático. Adentro, temperamental, fuerte, otra persona... "Allá me quiero morir, nunca me gusta perder", dice en buen español Davi Alexandre Rancan, el zaguero brasileño que espera dejar huella en el Medellín, como en la década del 70 lo hizo su compatriota Víctor Ephanor, el máximo ídolo brasileño que ha pisado territorio escarlata.
El hombre de 29 años, cabello largo y cuerpo atlético, confiesa que está feliz en esta ciudad de la que solo recibe cariño de sus compañeros, en un clima que lo traslada a su natal Santos.
Hace una semana estaba listo para debutar frente al Itagüí, pero una deuda del Poderoso con el Cali se lo impidió, al igual que al resto de refuerzos. Ese hecho lo asumió con serenidad y se preparó para este domingo cuando el equipo rojo recibirá al conjunto azucarero, a las 5:30 p.m. en el estadio Atanasio Girardot. Si no, pues como dice tocará hacer fuerza en la tribuna.
"Fue una pequeña frustración, porque trabajé muy duro la pretemporada y tenía ganas de actuar. No se pudo y de todas formas hay que estar listo para entrar a la cancha y hacer lo mejor", cuenta confiando una buena campaña.
Al Cali lo enfrentó en la pretemporada en suelo vallecaucano con resultado 1-1. Asegura que es un elenco duro y que si le toca jugar estará muy atento para controlar a los delanteros y sumar tres puntos. "Como todos los partidos, este será difícil, porque los futbolistas colombianos son muy técnicos y rápidos".
Esa fue precisamente una de las motivaciones que tuvo para venir al país, pues además de la cercanía con Brasil, dice que los clubes nacionales le ofrecen alta competencia.
Entre los jugadores que más referencia tiene están Víctor Aristizábal, Faustino Asprilla, Fredy Rincón y Mauricio Molina, que deleitaron con sus goles en su tierra.
En lo personal aguarda esta semana a su esposa que, según él, la dará más seguridad. Con ella visitará los sitios turísticos y le recomendará la bandeja paisa, la arepa y la variada gastronomía antioqueña que él empieza a descubrir.
"Soy una persona tranquila, paso las 24 horas con mi señora, vamos al supermercado y compartimos mucho. La familia es la primera parte para estar tranquilo", admite este brasileño graduado de Educación Física, profesión que tras su retiro, que aún no tiene pensado, le servirá como preparador físico o dueño de un gimnasio. "No lo sé, ahora solo pienso en trabajar para tener un buen futuro".
De Santos extraña la playa, correr por la arenas y a sus padres. Pero se consuela al manifestar que la vida de los jugadores es como la de gitanos. Hoy Medellín lo acoge y su misión es convertirse en ídolo.
Para fortuna de Rancan y los otros refuerzos, el viernes en la noche se le pagó al Cali y, según el presidente Jorge Osorio Ciro, el técnico los puede tener en cuenta hoy.