Elián González, el balserito cubano, cumple 20 años
Hace 14 años, en noviembre de 1999, la historia de un niño cubano que llegó en un neumático a las playas de Miami, en compañía de otras dos personas, luego de una travesía desde Cuba que cobró la vida de 10 personas más, entre ellas, la madre del pequeño, conmovió al mundo, copó los titulares de las noticias de los medios de comunicación por varios meses y desató la mayor crisis diplomática entre Estados Unidos y el régimen de Fidel Castro durante los últimos años.
Este viernes, Elián González, el balserito cubano como mundialmente es reconocido, cumple 20 años, estudia Ingeniería Industrial en la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos y reconoce que aún no se ha podido acostumbrar al interés mediático que despertó ese episodio de su vida que lo llevó a convertirse en una celebridad entre los cubanos. "A mí me gustaría más pasar desapercibido. No me gusta ser, en donde esté, el centro de interés", dijo el joven González en una entrevista que reproduce el sitio en internet Cubadebate.
Aunque Elián considera en la entrevista que "pasar desapercibido es la forma de vivir más placenteramente, como cualquier muchacho normal, sin que nadie esté al pendiente de cualquier gesto, palabra o acción", también reconoció en otra declaración a Cubadebate como un gran honor la invitación que recibió para ser integrante de la delegación cubana al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se realizará en Ecuador, entre el 7 y 14 de diciembre próximos.
Es "ante todo un gran honor, porque no todos los días un joven cubano tiene la oportunidad de representar a su país en un evento de tanta importancia", destacó González, que valora dicho Festival como el "marco esencial para potenciar la unidad de la juventud latinoamericana y mundial en contra del imperialismo".
Elián fue devuelto a su padre, Juan Miguel González Quintana, y regreso a Cuba en junio del 2000, casi siete meses después de su traumática llegada a Miami, y de ser el centro de un álgido debate político y legal, en el que familiares estadounidenses del menor disputaron su custodia, en un proceso en el que intervinieron el Congreso y la Justicia norteamericana, que provocó fuertes discusiones entre ambos gobiernos y grandes movilizaciones de personas en Cuba que pedían la devolución del niño.
El joven Elián González de hoy guarda algo de esa timidez que le lleva a desear una vida de bajo perfil, según dice, pero que acepta con devoción y agradecimiento el liderazgo simbólico que le otorga el gobierno cubano. De hecho, su elección para ser parte de la delegación cubana al festival de Ecuador responde a "su trascendencia y ejemplo para los estudiantes y jóvenes del país (Cuba)".
De hecho, cuando a Elián le preguntan qué piensa de Fidel Castro no duda en compararlo con una divinidad. "Fidel Castro para mí es un padre. No profeso ninguna religión, pero de hacerlo, mi dios sería Fidel Castro", afirma "el balserito cubano" de hoy.