El vértigo, oculto en lo profundo del oído
CUANDO EL EQUILIBRIO falla se produce el vértigo, un problema que suele provenir del oído interno o del sistema nervioso.
En el laberinto, o zona interna del oído, está fijado el mecanismo que regula el equilibrio, que a su vez está en conexión directa con las neuronas del cerebro. Cuando este mecanismo falla se produce el vértigo.
De acuerdo con un artículo aparecido en la revista científica Neurology , las personas con osteoporosis tienen mayor riesgo de padecer vértigo que los individuos con densidad ósea normal y esa probabilidad es más acusada en las mujeres.
Según un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Seúl, el vértigo "es un desorden del oído interno que causa mareos", y consideran que se desencadena "como consecuencia de un desplazamiento de cristales de carbonato de calcio".
Para establecer la relación entre vértigo y osteoporosis, los expertos trabajaron con 202 personas sin historial de mareos y con 209 personas con vértigo posicional paroxístico benigno, es decir, que presentaban un desorden del equilibrio sin causas conocidas, como trauma craneal o cirugía de oído.
La investigación demostró que las personas con osteoporosis tenían hasta tres veces más probabilidad de sufrir vértigo, y las personas con osteopenia, el estado previo a la patología ósea, tenían dos veces mayor probabilidad de padecer vértigo que las personas con densidad ósea normal.
Por sexos, el 25 por ciento de las mujeres con vértigo tenían osteoporosis, frente al nueve por ciento de las que no sufrían esta patología.
"Estos hallazgos sugieren que existe un problema en el metabolismo del calcio de las personas con vértigo", explicó el responsable de la investigación, Ji Soo Kim, quien añadió que "normalmente las mujeres tienen su primer episodio de vértigo a los 50 años, cuando también se produce un descenso en sus niveles de masa ósea, debido a la pérdida de estrógenos".
Sensaciones desagradables
Según la doctora Isabel Asarta, directora de la Unidad de Vértigo del Centro Médico Teknon de Barcelona (España), "el equilibrio es una sensación que nos permite fijar la visión, controlar nuestros movimientos, e informar qué parte del cuerpo está en contacto con una superficie".
"Cuando se produce el ataque de vértigo, bien por problemas del laberinto auditivo o por alteraciones del sistema nervioso, las sensaciones que acompañan al desequilibrio son bastante desagradables: náuseas, sudoración, vómitos", según afirma la experta.
Además de estas manifestaciones, los especialists indican que el vértigo suele ir acompañado de pérdidas de audición y zumbidos en el oído, o tinnitus.
Para la doctora Asarta el vértigo benigno, que se produce como consecuencia de una alteración postural, "es la alteración más común, y resultan más complicados otros cuadros como el vértigo de Menière y la neuronitis vestibular".
"El vértigo benigno sobreviene al costarse o incorporarse de la cama, al agacharse, al girar la cabeza, al elevar el cuello para coger algún objeto de una estantería, entre otros", dice la doctora.
Estos movimientos, según la experta, irritan el oído interno debido a la alteración posicional de unas células denominadas otolitos, una anormalidad que se resuelve con una simple "maniobra de reposición" en la consulta del otorrrino.
Vértigo de Menière.
El vértigo de Meniére es una enfermedad cuyas causas aún se desconocen y que se caracteriza por una acumulación excesiva de líquidos en el oído, bien porque éstos se producen de manera desproporcionada, o porque no se logra su eliminación de forma adecuada.
Asarta indica que, aparte de las sensaciones desagradables referidas, "este tipo de vértigo suele ir acompañado de pérdida de audición y una presión insoportable en el oído. Y lo peor es que el proceso puede conducir a una pérdida de audición irremediable y también a una pérdida de estabilidad debido a la sensación permanente de vértigo".
"Los ataques -agrega- pueden durar entre media y cuatro o cinco horas, pudiéndose repetir a lo largo de varias semanas o meses con intervalos asintomáticos".
El tratamiento más adecuado para el vértigo de Meniére, dice Asarta, es farmacológico, "con el cual mejora el 70 por ciento de los pacientes, mientras que otro 20 por ciento precisa de dosis diferentes de gentamicina intratimpánica, un antibiótico que se inyecta de manera ambulatoria a través del tímpano, pasa al oído interno y afecta de forma directa al equilibrio".
La especialista recuerda, no obstante, que hay un 10 por ciento de pacientes que no mejoran con los fármacos ni con la gentamicina, "por lo que hay que recurrir a la cirugía en dos modalidades: la primera consistente en extirpar el laberinto, con lo cual el paciente pierde la audición, y la segunda, denominada neurectomía vestibular, en la que se extirpa el nervio del equilibrio, de manera que el paciente no pierda la audición".
Neuronitis vestibular
"En la neuronitis vestibular, un trastorno caracterizado por un fuerte y repentino ataque de vértigo causado por la inflamación de los nervios conectados a los canales semicirculares, la capacidad auditiva en cambio no resulta afectada y desaparece por sí solo, aunque puede ser recurrente en un período de entre doce y dieciocho meses".
Los estudios epidemiológicos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología coinciden en que esta variante del vértigo probablemente esté causada por un virus.
Los ataques de neuronitis vestibular, que están acompañado de náuseas y vómitos, duran entre siete y diez días y dan paso a un período de inestabilidad, que puede prolongarse por espacio de dos o tres semanas.
Los protocolos clínicos describen que ojos del paciente se mueven involuntariamente hacia el lado afectado y que los oídos no registran zumbidos como en el vértigo de Menière.