Histórico

Chávez y su obsesión con Simón Bolívar

EL PRESIDENTE DE Venezuela no oculta su fascinación por Simón Bolívar. Ahora, el Gobierno se apropió de los documentos del Libertador. Hace unos meses sacó de una bóveda la espada del prócer y la muestra en sus discursos.

20 de junio de 2010

La anécdota nunca ha podido ser verificada, pero la contó el fallecido escritor Tomás Eloy Martínez hace más de diez años, en una columna posterior a la primera victoria electoral de Hugo Chávez. "Cada vez que se sienta a la mesa, el presidente electo de Venezuela pide que nadie ocupe la silla que está a su derecha. 'Esa es la silla de Simón Bolívar -suele explicar- y sólo él tiene derecho a estar allí'".

Si es o no cierto resulta lo de menos. Chávez es, sin duda, un admirador del Libertador a quien cita constantemente en sus discursos.

Ahora, desde principios de junio, el presidente venezolano tiene una nueva razón para sentirse más cerca de él. Su gobierno ha tomado el control de los archivos de Simón Bolívar y de Francisco de Miranda, que hasta la fecha estuvieron bajo resguardo de la Academia Nacional de la Historia.

Son 283 tomos pertenecientes al Libertador y 63 de Miranda.

Es la última de una larga serie de órdenes que buscan dejar al amparo del Gobierno el legado del Libertador.

El pasado 4 de febrero, en ocasión de la conmemoración de la intentona golpista que lo dio a conocer, Chávez dijo que la espada de Bolívar "estaba secuestrada" en las bóvedas del Banco Central de Venezuela. Una resolución suya ordenó llevarla al Palacio de Gobierno.

Desde entonces suele desenvainarla en actos públicos. Por ejemplo, el 12 de febrero al celebrar el Día de la Juventud o el 13 de abril de 2010 cuando juramentó a la Milicia Nacional Bolivariana.

Varias réplicas de esa arma han sido obsequiadas a gobiernos afines al venezolano. La han recibido Fernando Lugo y "Pepe" Mujica, mandatarios de Paraguay y Uruguay, respectivamente, pero también figuras de regímenes de dudosa credencial democrática: Muammar Gaddafi, Robert Mugabe, Alexander Lukashenko, Vladimir Putin, Raúl Castro y Mahmud Ahmadineyad, cada cual en momentos distintos, han sido distinguidos con una versión de la espada de oro, diamantes y rubíes engastados que el Congreso Constituyente del Perú ofrendó a Simón Bolívar en 1826, poco después de Ayacucho, la batalla que puso fin al dominio español en Suramérica. Hasta el diseñador del fusil AK-47, Mikhail Kalashnikov, recibió una réplica en ocasión de su cumpleaños 90.


Un episodio de división
El acto de traspaso de los escritos de Bolívar mostró las dos caras de la actual Venezuela. Por un lado, el presidente de la Academia, Elías Pino Iturrieta, expresó su tristeza por ceder la custodia de un material que dicen haber cuidado con celo. Por el otro, Luis Pellicer, director del Archivo General de la Nación (AGN), encabezó el grupo de personas que aplaudieron a rabiar una vez concretada la transferencia.

El Archivo General de la Nación es un ente adscrito al Ministerio de la Cultura.

"Hemos rescatado de la mano de la burguesía los archivos del Libertador", dijo Chávez en su programa de radio y televisión 'Aló Presidente', el pasado domingo 6 de junio. "Ahora el pueblo va a conocer los archivos de Bolívar y de Miranda, los papeles, los vamos a poner en exhibición. Es como la espada de Bolívar, que la tenían en el Banco Central escondida en aire acondicionado, apagada, congelada. Ahora está que arde, desenvainada", expresó el mandatario.

Según analistas, la medida es un claro pase de factura contra los miembros de la Academia, quienes en su mayoría son opositores del gobierno y han condenado las interpretaciones que Chávez hace de la vida y obra de Bolívar. Pero es también, según el chavismo, un intento de democratizar el acceso a la correspondencia del Libertador.

Luis Pellicer, director del AGN, explicó en un boletín difundido por el Ministerio de Comunicación e Información que "la idea del comandante-presidente Hugo Chávez es que esos materiales tengan una mayor difusión en el pueblo venezolano; es decir, que las personas conozcan, disfruten del pensamiento y obra de Francisco de Miranda y de nuestro Libertador Simón Bolívar".

Pino Iturrieta, un conocido adversario del Gobierno, rechazó que los papeles sólo estuvieran disponibles para la consulta de historiadores. "Había que cumplir con unas normas: los interesados debían colocarse guantes y mascarillas. Pero además habíamos publicado 32 tomos del legado del Libertador. Ya estaban listos otros tres".

"El decreto presidencial fue totalmente inconsulto. Esos son materiales que físicamente requieren un tratamiento especial, son documentos del siglo XVIII y principios del XIX que deben estar sujetos a condiciones climáticas y de control de humedad muy específicas. La Academia ha cumplido con esos requisitos hasta la fecha, tan es así que ni un mínimo reclamo había recibido del Ejecutivo en relación con el tratamiento de esos materiales", aseguró el historiador en una entrevista con el diario El Universal , de Caracas.

El historiador e individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, Guillermo Morón, calificó el traspaso "como un disparate" y denunció que los espacios del Archivo General de la Nación "no cuentan con las condiciones físicas y técnicas" para almacenar esos documentos.

En rigor, Chávez no ha sido la excepción en la lista de venezolanos que han gobernado ese país desde mediados del siglo XIX y se obsesionan con el Libertador. Eso sí, él ha llegado en su utopía a intentar mimetizarse con Bolívar.