Castigos más sonados en el fútbol colombiano
La sanción de seis meses con multa de 5,5 millones de pesos que la Comisión Disciplinaria de la Dimayor le aplicó al volante del Envigado Juan Fernando Leal, por una agresión a uno de los árbitros del partido frente al Tolima, puso al estadístico Juan Manuel Uribe a revisar la base de datos para compartir con los lectores los castigos más drásticos del fútbol colombiano.
Y recuerda que el 26 de septiembre de 1965, en el estadio Alfonso López de Bucaramanga, el argentino Alberto Castronovo (vive en Cali) le pegó al árbitro uruguayo Wálter Musto porque lo expulsó. El colegiado, con un corte, terminó en el hospital. El agresor recibió un castigo de un año sin poder actuar en el torneo. A pesar de la apelación, nunca se cambió la decisión que afectó a un jugador que "pegaba mucho y duro".
El 13 de agosto de 1978 en el estadio Pascual Guerrero, en un clásico América-Cali, el juez antioqueño Octavio Sierra expulsó, por agresión, al argentino Alberto de Jesús Benítez, apodado "El Tigre".
Sierra también les mostró la tarjeta roja a otros integrantes del conjunto azucarero, entre ellos Pedro Antonio Zape y Néstor Otero, y no salió para la etapa complementaria por sustracción de materia. "El Tigre" fue suspendido 30 jornadas, pero se las rebajaron a 15. El Cali, que ganaba por 2-0, perdió las puntos.
Eduardo Emilio Vilarete, además de sus goles, también fue famoso porque le pegó a un árbitro. Las 40 fechas de castigo lo obligaron a jugar en Ecuador. Y Arley Betancur, de la Selección Colombia en los Panamericanos de Mar del Plata 1995, causó una vergüenza nacional al darle una patada al central. Dos años fue el castigo.