Histórico

BRAVO, FRANCISCO

08 de julio de 2013

Ese nombre, Francisco, aquí en Colombia, es medio peligrosón. Pero como hablo de un Francisco argentino ahora convertido en Papa, la cosa cambia radicalmente. De modo que piensen en Roma, en el Vaticano y no en la imposibilidad de los franciscos para ocupar la casa o el palacio de Nariño. Esa residencia le queda grande a más de uno que, a lo mejor, merecería el cuarto "útil" de la residencia presidencial. Aunque soñar no cuesta nada, cuesta lo que cobran por una vallada anclada en la curva de una carretera.

Pero vuelvo al Francisco gaucho ahora convertido en supremo pastor, pastor lleno de humildad, sabiduría, disciplina, buen humor y planes para convertirnos al catolicismo, como dijo alguna vez. Sí, para hacernos católicos de verdad y no sujetos de misa y peso y luego de un olvido semanal. Este pontífice nos hace emocionar, nos conmueve con casi todo lo que dice. Por ejemplo, cuando saludaba a una señora en la calle la tomó del brazo y le dijo: te bendigo... y no toques el cuero a la vecina...

Ese no toques el cuero a la vecina parece una frase sacada de un tango de Santos Discépulo, o lista o para ingresar a una canción de aquellas que tantas verdades decía en los tiempos en que todavía se podía escuchar música. Después de la frase tomaron una foto de sus zapatos "pontificios" y seguramente son los mismos que alguna vez acudieron a ver jugar a San Lorenzo y que en medio de un trágico uno a cero, clamaban por cobrar un penalti... gastados pero limpios y de un cuero negro y popular. Siempre hay franciscos que merecen ser franciscos...

PAUSA. La artesanía debería ser el noveno arte.

PRECIOS. En el país del sueño americano las clínicas cobran veinticinco millones de pesos colombiano por extraer un apéndice. Aquí, con suerte, nos puede salir casi gratis con nuestro sistema de salud. La misma operación en Argentina llega a dos millones de pesos. Una ecografía en USA cuesta un millón de pesos colombianos y en casa de doña Kirtchner no pasa de ciento cincuenta mil pesos. Total que el sueño norteamericano tiene sus malos momentos y no es tal paraíso como se quiere hacer creer.

En el campo de las drogas los colombianos sí estamos en nada. Tenemos drogas que las cobran a setecientos mil pesos colombianos y en otros países de nuestro mismo continente no pasan de doscientos mil pesos. En esto de las drogas sí que es necesario de abrir los ojos antes de cerrarlos definitivamente, porque hay miles de batallas y tutelas y visitas y amenazas para que a los pacientes les entreguen las drogas que precisan para curar sus enfermedades. Amarren a los corruptos... y santo "remedio"....