Histórico

Bienes de Carlos Ledher llevan 20 años en extinción

01 de enero de 1900

  • El ejemplon está en Posada Alemana, que fue un lujoso complejo turístico.
  • Desde su extradición, Gobierno adelanta el proceso y aún no termina.
  • El 4 de febrero se cumplieron 20 años del envío de Ledher a Estados Unidos.
Colprensa, Armenia y Bogotá
La tranquilidad en la vereda Las Toldas de Guarne, en el Oriente antioqueño, se rompió la madrugada del 4 de febrero de 1987, por un fuerte operativo de la Policía y el Grupo de Operaciones Especiales (Goes) en una lujosa casona.

En la mansión Berrocal fue capturado, junto a 14 hombres más, el extraditable Carlos Enrique Ledher Rivas, el narcotraficante colombo-alemán, que se hizo famoso con la frase "prefiero una tumba en Colombia a un calabozo en Estados Unidos".

"Nos cayó la virgen del cielo, capturamos a Ledher y 14 de sus secuaces", fue la frase con la que el gobierno del presidente Virgilio Barco (1986-1990) hizo público la operación más rápida con la que se haya extraditado a un nacional a Estados Unidos.

A las 5:07 p.m., Colombia entregó formalmente a agentes de la DEA al hombre que ingresó más de 3,3 toneladas de cocaína a ese país entre 1978 y 1980, a través de un corredor que montó por la isla Cayo Norman, en las Bahamas, de su propiedad.

Quindío y su fortuna
Ledher construyó un imperio en menos de dos décadas y se convirtió en uno de los capos del cartel de Medellín, al lado de Pablo Escobar.

Nació en Armenia en 1949 y, gracias a que era de una familia acomodada, tuvo siempre una vida de lujos y riquezas. Vivió ocho años en Bahamas, en donde amasó una fortuna que quiso invertir en Quindío.

En 1982 construyó uno de los íconos de los bienes del narcotráfico, el hotel Posada Alemana, un lujoso complejo turístico en el que gastó más de 400 millones de pesos.

Un año después fundó el controvertido Movimiento Latino, con el que entregaba dineros, hacía opulentas fiestas y hasta hizo una donación de 10 millones de pesos de la época para los damnificados del terremoto de Popayán.

En las elecciones locales, alcanzó 12 concejales y dos diputados en el departamento.

Fue en esta época cuando le propuso al presidente Belisario Betancur pagar la deuda externa del país si daba marcha atrás a la extradición.

Él y Escobar tuvieron un enemigo conjunto, el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, asesinado en 1984 por orden del cartel de Medellín. Sus problemas empezaron ese año, cuando E.U. lo pidió en extradición.

En la clandestinidad, Ledher no renunció a buscar contactos con las autoridades para aceptar sus culpas y entregarse, sobre el compromiso de no ser llevado a E.U.

Debido a las órdenes de captura que tenía en su contra, vivió casi un año en un país centroamericano. Regresó en enero de 1985 para internarse en su finca Airapúa, donde estuvieron a punto de capturarlo.

En ese momento anunció que había decidido conformar un ejército de 500 hombres, con quienes pretendía defender la soberanía continental.

Ledher fue sentenciado en E.U. a cadena perpetua, más 127 años de cárcel, pero su colaboración en el juicio contra Manuel Noriega le ayudó a conseguir una rebaja de pena.

Sin definir la extinición de dominio
Cuando fue capturado y extraditado, Carlos Ledher era dueño de dos hoteles (incluida La Posada Alemana), dos aviones, siete fincas en Quindío y otros departamentos, lanchas y al menos 1,8 millones dólares en efectivo.

Todos estos bienes no han podido ser extinguidos al capo y su familia.
La voz de alerta sobre el tema la puso el director de la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE), Carlos Albornoz Guerrero, quien ha manifestado que en este caso ha habido mucha desidia de parte de los jueces que llevan el proceso de extinción del dominio.

Los bienes, según Albornoz, están siendo administrados por esta dependencia oficial, pero han presentado muchos problemas. Por ejemplo, la lujosa Posada Alemana, hoy por hoy no sólo está abandonada sino que el vigilante que la custodió por muchos años tiene demandada a la Dirección por el no pago de los salarios y reclama una indemnización de más de 200 millones de pesos.

Las ruinas de la Posada Alemana
La Posada Alemana, ubicada en la vía Armenia - Pereira, hoy es solo ruinas perdidas en una espesa maleza.

El primer flagelo que la azotó fue el de los saqueadores, que abrieron hoyos en la tierra y las paredes para buscar el tesoro de Ledher que nunca encontraron. El terremoto de 1999 hizo lo propio y desde ese momento, La Posada no volvió a levantarse.

Los altos precios de sus servicios terminaron de hundirla y ahora ya nadie busca hospedarse en ella.

Hoy es cuidada por dos celadores y tres perros. La Dirección Nacional de Estupefacientes está encargada de su administración y aunque su filosofía es entregarla a un administrador que la vuelva productiva, ninguno ha querido recibirla porque aún no se decreta la extinción del derecho de dominio.