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¿Bebidas dietéticas para perder peso?

Un estudio publicado en Obesity señala que las bebidas sin calorías favorecen más la pérdida de kilos que el agua.

05 de junio de 2014

La publicación generó debate sobre todo, porque fue patrocinado por un sector de la industria de bebidas gaseosas de los Estados Unidos. Sin duda, el dilema ético está, pues hay quienes consideran que los resultados finales pudieron ser alterados.

Para la investigación fueron tomados dos grupos de personas, unos tomaban gaseosas dietéticas, los otros no.

De acuerdo con Sandro Gómez Maquet, nutriólogo, dentro de la investigación, quienes consumían este tipo de bebidas si querían otro tipo de líquidos podían consumir agua y los que no tomaban gaseosas dietéticas podían obtener bebidas lácteas, o helado dietético, por ejemplo, "una diferencia que puede alterar el resultado final.

La pérdida de peso con bebida gaseosa y agua es una diferencia pequeña, alrededor de un kilo, y aunque puede ser importante para ciertos pacientes, en general no es un resultado significativo", señala Gómez.

El problema...
¿Elegir entre gaseosas dietéticas o agua? Ese no es precisamente el punto crítico del asunto porque obviamente no puede desconocerse el beneficio de las bebidas sin azúcar en un programa de control de peso o en el manejo de enfermedades como la diabetes.

En el primero permite reducir el consumo de calorías de la dieta, para lo segundo se disminuye la exposición al azúcar de los pacientes diabéticos.

Por lo tanto, el consumo de bebidas dietéticas no es un asunto que deba prohibirse, más bien la recomendación es reducir su ingesta hasta eliminarla y reemplazarlas por agua, pues por lo general las gaseosas están asociadas al consumo de comidas rápidas. "De esa manera, si se reduce el consumo de estas bebidas no se estimula el consumo de otro tipo de alimentos ricos en calorías", señala Sandro.

Como alternativa entonces, se recomienda tomar agua como acompañante de las comidas para bajar esos kilos de más. Según el especialista, este líquido al no tener sabor "impide que haya explosión de sabores en la boca, no estimula el deseo de comer más y la persona se siente satisfecha con más rapidez. Mientras más agua tengan los alimentos, menor densidad calórica tienen y además, generan mayor saciedad", concluye el experto.