En compañía
Jazmín de Ivar Da Coll
Durante más de tres décadas el autor colombiano Ivar Da Coll (Bogotá, 1962) ha representado pequeñas historias silentes con un chigüiro como protagonista. La figura redondeada, de perfil y erguida en dos patas, la hemos leído trazando con un lápiz, en el baño, jugando a la pelota, de viaje y regreso y, de muchas otras formas imaginadas. Ahora, en lo que esperamos sea una serie, el escritor y dibujante hace una extensión gráfica de sus conocidos álbumes con su primera historieta bellamente titulada: Jazmín (Babel Libros, 2023). En este caso, con la instalación de muchos detalles y un cuidado proceso de representación en los paisajes naturales e imponentes arquitecturas urbanas, aparecen sin excesos las formas y los espacios de los llanos conectados a las estampas de la ciudad, en una narración dibujada que, en su sencillez y mínimos recursos nos revela la importancia de los vínculos, en medio de la vida que es siempre finita.
Con un arranque que sustrae elementos de las fábulas y algunas variaciones de los clásicos Funny Aminals en la historia gráfica se unen dos mundos: el del roedor que es abandonado por su madre, y el mundo de un hombre mayor que escribe libros para niños, el cual perdió a Paca, su última perra. Mientras la pequeña chigüira de la llanura trata de sobrevivir a depredadores y abusadores, escapando de un lado a otro, correteando por el paisaje y comiendo lo que puede, el hombre va recomponiendo su vida, entre el dolor y la soledad, tras la pérdida de su animal de compañía hasta que el azar y la aventura acercan a las dos vidas y sus mundos, en un nuevo vínculo que se extenderá, en el camino, a otros. De ahí en adelante, tras el encuentro se da una nueva posibilidad, que no cierra con una felicidad infinita, al contrario, se va abriendo un nuevo capítulo, con nuevas rutinas y formas de vivir en compañía, a la vez que en el ciclo natural de la vida aparecen la solidaridad y la esperanza, pero también el abandono y la muerte.
Si tuviéramos que describir el libro más allá de lo que se cuenta y los muchos detalles que podemos subrayar, Jazmín es una historieta que podemos leer desde muchos lados: como historia gráfica que nos enseña a ver el tiempo y la belleza de lo cotidiano sin mucha pirotecnia, como un ejercicio que abre alternativas y señala nuevos caminos en la historieta nacional; un modo de establecer diálogos entre la historieta y las narraciones e ilustraciones de la literatura infantil. Y también un modo de ver, dibujar y escribir, en el que la urgencia y la tendencia quedan afuera para que veamos en los pequeños gestos el valor de la solidaridad entre los seres vivos.