Forjadores

Zenú nació para hacer la primera salchicha viena

Esta es la historia de la primera empresa de cárnicos procesados que tuvo Colombia.

27 de noviembre de 2022

Zenú lleva 65 años alimentando con productos cárnicos a los antioqueños y colombianos; entre los primeros productos que vendieron está la reconocida salchicha tipo Viena, pero en es primer portafolio hubo productos que hoy pocos recuerdan: la salchicha tipo Frankfurt, la pasta de Hígado, la Carne de Diablo y la Jamoneta.

Zenú se fundó en agosto de 1957, siendo para esa época la primera empresa dedicada a la elaboración de carnes procesadas, su nombre hacía y hace referencia a la comunidad indígena los Zenúes, que se asentaron en los valles de los ríos San Jorge y Sinú en los departamentos de Córdoba y Sucre.

Eduardo Ospina Vásquez fue el escogido para desarrollar y consolidar la idea de esta naciente empresa, que su padre Pedro Nel Ospina —expresidente de la República— había ingeniado en la incipiente ciudad industrial de Medellín de la década del 50.

Pedro Nel Ospina pensó en construir una planta para la fabricación de carnes procesadas, para lo que importó equipos con altas tecnologías de países como Estados Unidos bajo la asesoría de un técnico alemán de nombre Matías Brass.

La idea de Zenú como empresa había surgido en 1953, pero un año después de que se encomendaran tareas en la familia de Ospina, murió Eduardo Ospina Vásquez, el legado entonces quedó en manos de su hermano Alberto Ospina Vásquez.

Alberto asumió las funciones ejecutivas de la pequeña empresa, finalmente el 19 de agosto de 1957 nació con 50 empleados la Compañía de Productos de enlatados cárnicos, el primer año se llegó a la cifra de 12.000 enlatados producidos.

Lento pero seguro, incursionando en un mercado totalmente nuevo en el país, Zenú fue ganando reconocimiento con la calidad de sus productos, para 1959 se atrevió a dar un gran paso con la presentación de un novedoso sistema de llave para abrir de forma más fácil y segura las latas en las que se comercializaban sus embutidos, todo con el fin de que el consumidor final dejara atrás de una vez por todas el uso de utensilios anticuados como los alicates o cuchillos.

Con esta noticia la empresa también hizo público su deseo de contar con un propio matadero, la respectiva solicitud se había hecho al municipio de Medellín y buscó contar con una mayor comodidad, un mayor rendimiento y especialmente una vigilancia más activa del manejo que le daban a la carne, para que esta no fuera “manoseada”.

En 1962 para una entrevista en el diario EL COLOMBIANO, Jaime Calle Garcés, el por entonces presidente de Zenú, se sinceró y dijo que los proyectos de la empresa que lideraba eran buenos, pero con limitaciones por la pequeña capacidad que tenía el pueblo colombiano para consumir. “Todo en Colombia está al precio de los Estados Unidos, pero el ingreso de las gentes está a precios colombianos”.

Sobre los novedosos emprendimientos antioqueños el gerente de Zenú también habló diciendo que a pesar de que los inversionistas se movieran por el afán de lucrarse todavía había gente buena, de mucho esfuerzo y respeto que se dedicaba a trabajar.

“Hay gente de mucho empuje que trabaja en silencio, que no busca la vitrina sino el trabajo honrado y el bienestar de la comunidad”, decía Calle Garcés por esos años. Zenú después de 65 años reconoce que aún tiene retos como continuar innovando y desarrollando nuevas ofertas que satisfagan las demandas de alimentación que tienen los consumidores.

Pero en los más de seis decenios en los que la marca ha logrado consolidarse y llegar a los platos de los colombianos también se han logrado grandes cosas como la expansión a Centroamérica con su primera incursión, cuyo hito se marcó en Panamá desde el 2021.

Por otro lado está la proyección social: acercarse a la comunidad a través de programas sociales como el apoyo a las escuelas de ciclismo de diferentes municipios para ayudar a niños y jóvenes en su sueño de ser deportistas es uno de los programas por los que la gente recuerda a esta gran marca.