Los regalos que Santos le dará al Papa Francisco
Periodista. Amo viajar, leer y hacer preguntas. Me dejo envolver por las historias.
Un rosario en filigrana y fabricado en Magdalena, una mochila arhuaca hecha en la Sierra Nevada, una paloma de porcelana con flores colombianas dibujadas y una escultura de barrio esculpida en Ráquira son los regalos que el presidente Juan Manuel Santos le entregará al Papa Francisco el próximo miércoles, cuando inicie su visita oficial al país.
Todos fueron hechos por artistas y artesanos colombianos que dedicaron en promedio dos meses a este trabajo exclusivo, que da cuenta de la riqueza cultural del país.
Hilos de plata
El rosario fue fabricado por Diego Urán Arcia, un artesano que durante más de 50 años ha afinado en ojo y las manos para entrelazar hilos de oro y plata que se convierten en encajes.
Para la confección de esta camándula, que pesa 400 gramos y está coronada por una piedra ónix, Urán necesitó tres meses de trabajo. Lo motivaba saber que es una pieza única pensada y creada para el mismísimo Papa.
Tejidos ancestrales
La mochila arhuaca, que para los indígenas de la Sierra Nevada simboliza la creación de la vida, es el segundo regalo.
La que recibirá Su Santidad fue elaborada por Aty Janey Mestre Izquierdo, una indígena de 37 años que desde aprendió a tejer de su madre, su abuela y su bisabuela.
Hacer esta sola pieza le tomó muchos pensamientos: según la creencia indígena, cada puntada en una de estas mochilas simboliza el pensamiento y el quehacer diario de la mujer. Aty trabajó durante 45 días el regalo que la llena de orgullo.
La del Papa es una mochila blanca, sin dibujos, como las que usan solamente los mamos. “Para los arhuacos el blanco tiene un significado sagrado porque representa la paz interior, los buenos pensamientos y la pureza de espíritu”, explicó la Presidencia en un comunicado.
La paz en cerámica
Una paloma hecha a mano en porcelana blanca, con orquídeas y passifloras dibujadas con grafito en sus alas, es el tercer regalo que recibirá el Papa de manos del Presidente.
La pieza mide 10 x 10 centímetros y lleva el nombre de Plumae. Fue creada por Ana González Rojas, escultora, pintora y fotógrafa bogotana, graduada en arquitectura y con estudios complementarios en arte en Londres y París.
“Plumae habla de la compasión, del perdón, de la posibilidad de reparar a las víctimas y de seguir adelante. Habla de nuestra fauna y flora que son la esperanza, para que el mundo nos mire con otros ojos. Con ojos que miran la naturaleza, los pájaros, las orquídeas, las montañas, los ríos y la selva”, explicó la creadora.
Niña de barro
La escultura María en Paz de Javier de Ráquira, un escultor empírico que ha pasado la mayor parte de su vida moldeando arcilla en Boyacá, es el último de los regalos.
Se trata de una escultura de 50 centímetros de altura inspirada en “en la pureza, inocencia y humildad de una niña campesina que con tristeza alcanzó a vivir la guerra de los más grandes, pero ora y da gracias a Dios con la fe de que en los días por venir esa palabra ya no exista”, según explicó el propio creador.
La escultura tomó dos meses de trabajo y será entregada por Javier al Papa en representación de todo su pueblo.