Televisión

¿Qué pasó con el papá más famoso de la TV nacional?

Aunque no estuvo lejos de las pantallas después de Padres e hijos, regresará en 2018 con una serie que habla de fútbol, amor y clases sociales.

Periodista, presentadora y locutora. Fui DJ de radio, reportera de televisión y ahora disfruto el ejercicio de escribir a diario. Melómana, cinéfila y seriéfila.

05 de enero de 2018

Luis Eduardo tuvo un tiempo en que nadie lo llamaba Luis Eduardo. Le decían Carlos Alberto, casi por 17 años. En la calle le llamaban por ese nombre, hasta se lo gritaban, en ascensores, bancos y aceras.

Una vez iba de afán, una señora subía la voz: Carlos Alberto, Carlos Alberto. Él medio miró, seguía apurado. La señora vociferaba más alto, casi un escándalo en plena calle porque además corría detrás suyo. Cuando ya lo iba alcanzando, él volteó y le gritó “Margarita”, a lo que la señora pasmada le dijo “usted cómo sabe que me llamo así”, se rieron. A él se le ocurrió ese nombre y ya. Fue para carcajadas un buen rato. Esa es una de las anécdotas, que cuenta, le dejó el interpretar al papá más famoso de la televisión colombiana, el de Padres e hijos.

El actor manizalita, de 56 años, estuvo en Medellín, hablando de la novela en la que lo veremos este año, La mamá del 10. Igual habló de su vida, su granja, de su diploma de egresado de artes dramáticas de la Universidad de Antioquia aunque hizo su carrera en La Escuela Nacional de Arte en Bogotá.

Lleva 38 años en la
televisión ¿le ha tocado
vivir muchos cambios?

“He vivido dos transiciones importantes. Cuando entré a la televisión los seriados se hacían solamente en estudio, empecé en una serie emblemática que era Amar y vivir. Después viene la privatización de los canales y yo ya estaba con Padres e hijos”.

Un programa con mucha historia.

“Bastante. Cuando empezó solamente se emitía los lunes, miércoles y viernes. Grabábamos una semana y descansábamos otra. En esa hora daban muchos culebrones entonces la gente se sentaba de sobremesa y veía un programa amable de una familia clase media que fue creciendo. A medida que eso pasaba había que montar nuevas historias, fue muy bonito, una visión muy interesante. Después se privatizó y a nivel de dramaturgia cambiaron muchas historias”.

¿Mejor antes de la privatización o después de la privatización?

“Es una pregunta que me hacen a menudo. Yo creo que uno vive cada momento. Después de terminar la serie concluí que así tenía que ser”.

¿Cuál era el éxito?

Padres e hijos era el terapeuta de los colombianos. Andrés López una vez lo señalo en su show de La pelota de letras. Él dijo que Carlos Alberto fue el primer papá que le enseñó a decir te quiero a muchos padres colombianos. Haber podido representar eso fue muy bonito. Con el tiempo solo quedamos dos actores que estuvimos desde el comienzo, Ana Victoria Beltrán, que fue Daniela, y yo. A mí en mi casa me enseñaron que siempre debía terminar lo que empezaba”.

¿Qué recuerda de sus primeros papeles, antes de Padres e hijos?

“El primero fue una historia dirigida por Pepe Sánchez que se llamaba Vivir la vida. Mi segundo proyecto fue con César Mora, una historia muy bella que se llamó El confesor, yo era el monaguillo del pueblo. Esa historia también era con Vicky Sánchez, Yolanda García y lo dirigía también Pepe, después seguí haciendo teatro hasta que llego Amar y vivir y a partir de ahí todo ha sido una aventura”.

Mientras hacía
padres e hijos
empezó otro
proyecto personal.

“Sí, me asocié con unos amigos y compré un predio, un espacio verde en la Sabana de Bogotá. Yo además de actor soy pedagogo y programador neurolingüístico, cuando terminé Padres e hijos me dediqué a la granja”.

¿Y qué tiene en esa propiedad?

“Se llama La granja del bosque, ubicada en Subachoque y hemos plantado unos 6.000 árboles nativos colombianos, árboles de alimento para la fauna y árboles medicinales también. Al sitio van personas, colegios, universidades y hasta empresas, para realizar actividades que tienen que ver con la reflexión, el empoderamiento, es muy bonito”.

¿Después de Padres e hijos siguió actuando?

“Sí, al mes y medio de terminar trabajé en Rosario Tijeras que se grabó aquí en Medellín, también estuve en Tres milagros y otras historias cortas. Lo último que hice fue Sinú, río de pasiones e Hilos de sangre azul. Hace poco alguien me paró en la calle y me preguntó qué estaba haciendo y yo le conté, a manera de broma, que a esta edad a uno lo llaman para hacer del papá de la protagonista y a los dos días me llamaron para hacer esta serie nueva de Caracol en donde soy el papá de la protagonista (risas).”

¿Cómo se llamará la nueva serie?

La mamá del 10. Puede ser la madre de cualquier 10. Clemente es mi papel, estoy trabajando con Kristina Lilley, somos la familia de los ricos. Es un homenaje a esas mujeres que están detrás apoyando sus hijos en la práctica deportiva, tratará el tema de la diferencia y el racismo soterrado que tenemos en nuestra cultura”.

Sigue acumulando muchas experiencias en pantalla.

“Puedo decir que tengo un oficio del que siempre he vivido y que dignifico”.

¿Qué le dice la gente en la calle aquí cuando visita a Medellín?

“Son muy amorosos, hay mucha buena vibra, en 2016 vine a celebrar mi cumpleaños acá el 26 de diciembre, hay una reflexión muy bonita cada vez que vengo”.

¿Qué puede decir hoy de la televisión colombiana?

“Soy crítico con los realitis. En un país como el nuestro que está viviendo este proceso tan doloroso, ve uno a través de estos concursos de competencia que hay muchos antivalores”.

Eso se ve también en redes sociales...

“Por eso no tengo. Eso de señalar al otro no va conmigo. No me interesa leer a la gente que escribe cosas desobligantes y además con mala ortografía”.

¿Y sobre la actuación en Colombia?

“Hay actores que tienen la inquietud pero uno no sabe si quieren ser actores o quieren ser famosos. Muchos quieren lo segundo sin importar el medio y eso es muy lamentable. Yo soy hijo de una generación en la que la actuación es la base fundamental de la vida y me ha tocado apretar el estómago muchas veces, pensar que no tengo para una buena cena pero tengo buenos amigos y voy al teatro, leo y disfruto. Si tienes pasión en esto estas salvado”.