Sin apología: el desafío de hacer memoria a través de Griselda Blanco
Este jueves 25 de enero Netflix estrena Griselda, una serie que retrata el claroscuro de una de las “madrinas” del narcotráfico. Sus protagonistas hablaron con EL COLOMBIANO.
Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia.
No deja de ser incierto en qué momento Griselda Blanco pasó de ser “La Madrina” para convertirse en “La viuda negra”. Esa dualidad entre una mujer generosa y una madre incondicional, y una narcotraficante despiadada y sanguinaria, es retratada en Griselda, la más reciente producción serial de Netflix que se estrena este jueves.
Retratar ambas personalidades, así como el tránsito caótico y frecuente entre una y otra, sin caer en apologías o crear simpatías en el televidente fue el gran desafío –y acierto– del proyecto, al que algunos encasillan hoy como ‘narcoserie’. Se trata de un rótulo que no deja de generarles ruido a sus protagonistas quienes, en diálogo con EL COLOMBIANO, reivindican el valor histórico y de memoria al que le apuesta este drama. (Vea el video al final)
Por un lado, la historia incursiona en la violencia y la brutalidad que se vivió en la Miami de los años 70 y 80 por cuenta de las dinámicas del narcotráfico que impuso una agresiva Griselda Blanco, considerada nada menos que la matrona de la cocaína, artífice de las llamadas “mulas” y una de las principales precursoras del negocio cuando aún Pablo Escobar era un delincuente común.
Sin embargo, Griselda se adentra también en los obstáculos que –aun hoy, pasado casi medio siglo– persisten para las mujeres en diferentes ámbitos, como el simple hecho de querer ser ambiciosas o independientes, así como en asuntos que tristemente siguen siendo transversales, como la violencia intrafamiliar y la prostitución.
La colombiana Julieth Restrepo, que personifica a Martha Ochoa Saldarriaga –prima de los hermanos Ochoa Vásquez, integrantes del Cartel de Medellín–, reivindica el papel de la mujer como protagonista, al margen de los moldes, y sale en defensa de las luchas, “entre sus claros y sus oscuros”, que viven en la esfera más íntima las mujeres.
“Seguimos transitando un camino en el que falta todavía mucho por recorrer, pero con Griselda es a veces doloroso ver el rechazo tan grande que había, la estigmatización tan grande. Pero no solo contra ella, sino con el personaje de June Hawkins que es la policía que la captura. Estamos viendo el lado de los buenos y los malos, donde dos mujeres están luchando exactamente por lo mismo”.
“No hay apología”
Aún sin estrenarse, la serie –protagonizada y producida por Sofía Vergara–, ya levanta roncha. La semana pasada, el exsenador Roy Barreras se quejaba por la promoción de la “cultura traqueta” y los daños a la imagen de Colombia en el exterior.
Incluso, desde ya la familia de la narcotraficante, baleada en una calle de Medellín en 2012, anunció una demanda por derechos de imagen. Detrás se encuentra el único hijo de “La Madrina” que sobrevivió: Michael Corleone Blanco.
El actor Diego Trujillo –quien da vida a Germán Panesso uno de los socios de Blanco–, no desconoce ni crítica la postura de Barreras, pero advierte que no deja de ser una visión romántica de un país que sigue marcado por el narcotráfico y una de sus más grandes herencias: la violencia.
“Uno no solamente puede hablar de lo lindo y de lo bueno, de lo bello, también tiene que hablar de lo difícil, de lo duro y de lo violento, que también nos pertenece, que también nos condiciona como sociedad”, explica.
Christian Tappan, quien también ha personificado a otros personajes ligados al narcotráfico en producciones como Escobar, el patrón del mal, interpreta esta vez a Arturo, socio de Griselda: “En 15 años la historia de Pablo Escobar, de Griselda Blanco, de los Ochoa y de todos ellos van a estar en un libro de texto de la historia como fueron Los comuneros, que hicieron parte de la historia de Colombia. Al desconocerlas no creo que lleguemos a ninguna parte”, agrega el actor. “Es una mamá, es una mujer, viviendo, tomando sus decisiones –acertadas o equivocadas–, pero por eso tuvo el destino final que la llevó aquí”, concluye.
“Hay que mostrar la humanidad de los personajes”: Diego Trujillo
¿Por qué es importante apostarle a proyectos de este estilo?
“Porque pueden contribuir a generar memoria histórica. Lo importante es contar las historias con responsabilidad, sin hacer apología del delito ni del narcotraficante. Hay que mostrar el rasgo de humanidad de los personajes y cómo en la línea de vida toman decisiones que los llevan por caminos equivocados seguramente, como el caso de Griselda”.
Sofía Vergara es una de las actrices con mayor reconocimiento y Karol G también es una artista en constante crecimiento. ¿Qué significó trabajar de tú a tú con ambas?
“Tanto Sofía como Karol, cada una en su ámbito: una actriz, la otra gran cantante, son dos mujeres, dos mujerones, no solo por su talento increíble, sino por su inmenso carisma, su don de gentes y una generosidad sin límites”.