Director por un día

Urge educación conceptual y tecnológica para desarrollo del país

Formación en posgrados debe articularse a la evolución económica de Antioquia. se debe superar el desdén por la educación avanzada.

Este artículo se publicó en el aniversario 105 de EL COLOMBIANO, con Carlos Enrique Moreno como director invitado.

06 de febrero de 2017

Nos encontramos inmersos en un entorno macroeconómico complejo en que no se prevé un mayor crecimiento de los países de la zona Euro, se esperan más alzas en las tasas de interés de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, se proyecta que la economía china crezca a un ritmo más bajo y se afirma que las economías latinoamericanas continuarán con un débil desempeño, mientras crece la incertidumbre frente a las políticas que pueda instaurar el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En ese contexto, es necesario que Colombia realice una transformación productiva que permita dejar de lado la dependencia de la economía sobre las materias primas y diversificar las cadenas productivas con el objeto de incrementar el contenido tecnológico de los servicios y productos, y de esta manera aumentar su valor agregado. Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en Colombia, un 60% de las ventas externas son materias primas. Así que la transformación productiva no es una opción, es una necesidad.

Lo primero que tenemos que hacer es repensar el sistema educativo y de formación, partiendo del entendimiento de que las diferentes industrias requieren distintos tipos de especializaciones centradas en el conocimiento conceptual asociado a cada una de ellas.

Actualmente, la formación universitaria en el país no tiene del todo en cuenta las necesidades de know-how de las diferentes industrias. Las instituciones de educación superior deben crear un vínculo con la industria para saber específicamente los programas y los currículos que deben impartir para que los egresados tengan las aptitudes y conocimientos necesarios en los diferentes sectores económicos.

Está claro que los países progresan en la medida que ganan conocimiento conceptual avanzado en los sectores, las industrias y las regiones en que decidieron sobresalir. Así que mientras más sofisticada es la variedad de maestrías y doctorados, y más profundas y específicas son las temáticas que se enseñan, es de esperarse que el desarrollo sea mayor frente a opciones de formación más generalistas.

Esa apuesta debe complementarse con formación tecnológica procedimental, que se logra con sistemas duales de formación, es decir, combinan la formación teórica de las aulas con el aprender haciendo en el trabajo. Este modelo ya ha sido probado con mucho éxito en Alemania.

Así que hemos escogido tres sectores en que Antioquia tiene alto potencial de desarrollo, solo si afianza su educación conceptual y tecnológica: carbón, aeroespacial y tecnologías de la información (TI). Tres expertos iluminan este ejercicio comparativo con sus reflexiones.

Para ilustrar lo mencionado anteriormente, realizamos un ejercicio de comparación entre la educación universitaria en software y TI que se imparte en las principales universidades del departamento y las principales de India y Silicon Valley (Estados Unidos). Igual parangón se estableció entre la oferta académica local en carboquímica, frente a la de mejores estándares en Alemania, Estados Unidos y China. Los invitamos a que evalúen ustedes y saquen sus conclusiones (ver infografía).

Finalmente, de nada sirve contar con maquinaria de altísima tecnología o tener las mejores ideas, si no contamos con talento humano preparado que nos permita hacer uso correcto para aprovechar al máximo las diferentes herramientas que hagan realidad nuevos productos, nuevos sistemas de producción y nuevas formas de administrar. Es fundamental para el desarrollo productivo del país que haya una alineación del sistema educativo, y en particular la educación superior, con las necesidades de los sectores industriales estratégicos.