Tercer ‘Open Day’ de Julio Teherán
El pelotero cartagenero escribe otra página dorada para Colombia en las Grandes Ligas, con la divisa de Atlanta
Hace dos años Julio Teherán, con los Bravos de Atlanta, hizo historia en el béisbol colombiano al convertirse en el primer lanzador de este país que oficia como abridor en un “Open Day”. Fue el lunes 31 de marzo de 2014 ante los Cerveceros de Milwaukee.
En 2015 volvió a escribir una página dorada con su segundo “Open Day”, esta vez lanzándoles a los Marlins de Miami. Ahora Teherán vuelve y juega con su tercer día de apertura con la divisa de Atlanta, que recibe en el Turnel Field a los Nacionales de Washington.
Teherán estará montado en la “lomita de los sustos” a las 3:05 p.m. hora de Colombia, en un partido de dos equipos de la División Este de la Liga Nacional.
En la temporada pasada, Teherán ganó 11 juegos y perdió 8, y su efectividad fue de 4,04 (no es su mejor registro).
El lanzador estuvo en Cartagena en la preparación del equipo colombiano que logró el boleto al Clásico Mundial de Béisbol de 2017. Se tenía la esperanza de que pudiera vestir el uniforme tricolor, pero los Bravos no lo autorizaron.
El oponente del cartagenero en el montículo será hoy el lanzador norteamericano Max Scherzer, que en 2015 terminó con marca de 14 ganados y 12 perdidos, con una efectividad de 2,79.
Esta será la sexta temporada del “Caballo de Olaya” con los Bravos de Atlanta y la tercera del contrato de seis años que firmó con su divisa por 32,4 millones de dólares.
Quintana lanza mañana
Este martes el turno le corresponderá al zurdo José Quintana abrir el segundo juego de los Medias Blancas de Chicago, que visitarán a los Atléticos de Oakland (9:05 p.m.).
Quintana, de 27 años y nacido en Arjona (Bolívar), luce feliz porque ahora está de segundo en la rotación de su equipo tras ser el tercero en 2015. Esa vez tuvo marca de 9 victorias y 10 derrotas (tiene 33-34 en las Mayores), con un promedio de 3,36 carreras limpias permitidas.
Quintana tiene 55 partidos sin decisión, una cifra muy alta para un lanzador, y eso evidencia que ha tenido poco respaldo de su equipo a la hora de estar sobre el montículo.