María José pone a prueba recursividad para seguir en “línea”
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.
La recursividad es una de las características de los colombianos y, como se dice en el argot paisa, no se varan por nada. Pues bien, a eso apeló la bolichera María José Rodríguez, quien adaptó, junto a su esposo Nathan Bohr, una pista en el garaje de su casa, en Texas, Estados Unidos, para no perder la forma.
Y aunque no es una pista reglamentaria, les ha servido para mantenerse activos ya que el gimnasio y los espacios para la practica del deporte están cerrados.
Instalaron en el piso una lámina de madera para adecuar el carril por donde se desliza la bola, y con cajas de cartón armaron los nichos donde rebota el bolo, que les permitía proteger la pared, ya que el peso de cada uno es de 15 libras.
Así, durante el aislamiento, la bolichera combina las rutinas de ejercicios que le envía su preparador físico para mantenerse en el peso, mientras que en las tardes, cada día por medio, practica el lanzamiento con el objetivo de conservar la fuerza, potencia, agilidad y precisión.
Ella, al igual que otras bolicheras nacionales, como Clara Juliana Guerrero, Laura Ayala y Rocío Restrepo, están a la espera de poder iniciar las competencias en el Tour de la Asociación de Mujeres Profesionales de Bolos (PWBA, por sus siglas en inglés).
Llegar a casa
“Nosotros estábamos en un torneo en Las Vegas, cuando aumentó la alerta por el coronavirus, tomamos la decisión de viajar y no terminar el torneo, pues temíamos que luego no pudiéramos llegar a casa”, cuenta.
Por eso, agrega, que contrataron un carro por si el vuelo no salía pero, “Gracias a Dios lo logramos, así que iniciamos el aislamiento por prevención y, afortunadamente, no hubo contagio”.
Para ella, “este ha sido un tiempo extraño, porque normalmente estoy en competencias, y os días se me van entre viajes y torneos, ya sea en Estados Unidos o en otro lado, así que he tenido la oportunidad de cocinar”.
Además de ir en dos ocasiones (en un mes) al supermercado, María José ha aprovechado para montar bicicleta, todo bajo estrictas medidas de aislamiento social.
La liga, de acuerdo con los reportes que ha tenido, arrancaría en agosto. Lo único cierto es que la Federación Internacional de Bolos aplazó el Mundial, uno de los torneos en los que había puesto su meta, para 2022, en el que María José defenderá su título.