Kevin prolonga la dinastía Cataño
El arquero de Nacional en el Ponyfútbol es hijo de un exjugador que fue campeón con el verde.
Escritor y periodista deportivo, amante del fútbol y el baloncesto. El deporte es mi razón de ser y la idea es construir.
Kevin empezó de defensor como su padre Édgar Cataño, pero con el paso del tiempo se inclinó por el arco, porque “ahí hay más protagonismo”.
Sin dejarse presionar porque es hijo de un exfutbolista profesional que fue múltiple campeón en Colombia y defendió las camiseta de clubes como Nacional y Medellín, el joven guardameta también se propuso triunfar en el verde, tal como su progenitor.
“Es un orgullo jugar el Ponyfútbol y en cada partido trato de poner en práctica los consejos de mi papá, quien no viene porque se pone nervioso, pero siempre me hace recomendaciones”.
Esa claridad de Kevin Cataño para hablar es la misma para tapar e interpretar las indicaciones de su técnico Diego Alejandro Mazo, quien dice que es seguro en el área, posee buen juego aéreo y es claro en los lanzamientos del balón.
Esas características que lo han identificado desde que arrancó en Copa 2012 con Jaime Bran Gómez le dieron la titular a Kevin en el onceno que puso el ritmo en la primera fase del Festival que es sinónimo de fiesta en la Marte-1.
Con él debajo de los tres palos y aprovechando sus 1,67 metros de estatura, el verde goleó 3-0 a Millonarios y le ganó 2-1 a Urabá de Siente. En el último triunfo 2-0 sobre Garzón Huila (ayer) descansó, porque el orientador lo quería conservar para el comienzo hoy de los octavos de final en el clásico ante Fátima.
Kevin, fiel seguidor del guardameta español Iker Casillas, no olvida que su papá le insiste en que siempre hay que mejorar y por eso este lunes pretende ser invencible en el arco, porque la meta es ser campeón este año.
Su estratega Diego Mazo le recuerda que si mantiene la seguridad que lo identifica y el equipo maneja la pelota seguramente podrá ilusionarse con repetir la campaña de 2013 cuando se llevó la corona del Ponyfútbol que desde hoy empieza su parte más emocionante, ya que el que pierda no tendrá más oportunidad .