Familiares, amigos y seguidores le dan el último adiós a Pedro Sarmiento
La ceremonia que se realiza en la parroquia Santa Teresita ha estado llena de sentimiento.
Comunicador Social-Periodista bilingüe, amante de los deportes. He trabajado en Radio Bolivariana, RCN y Telemundo. Actualmente hago parte de El Colombiano.
Medellín se ha vestido de blanco en honor a uno de sus grandes, un símbolo del fútbol que, aunque se ha ido, permanece presente en los corazones de su gente. En la Parroquia Santa Teresita, lugar donde Pedro Sarmiento recibe su último adiós, el ambiente ha sido solemne, pero también lleno de gratitud y admiración. Atendiendo el deseo de la familia, amigos, colegas y seguidores asistieron a la ceremonia vestidos de blanco, el color de la paz y la luz que Sarmiento tanto representaba para su círculo cercano.
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La emotiva ceremonia, marcada por lágrimas y recuerdos, reflejó el cariño y respeto que muchos sentían por él. En cada rincón de la iglesia se sentía la presencia del técnico, un hombre que dedicó su vida al fútbol, siempre guiado por una fuerte ética y un espíritu indomable. Para quienes lo conocieron, Sarmiento no fue solo un entrenador; fue un maestro y un amigo. Su paso por equipos emblemáticos dejó una huella que iba más allá de los resultados en la cancha, un legado que sus amigos y discípulos recordaban entre susurros y miradas que evocaban la nostalgia.
Las palabras de despedida en la ceremonia estuvieron llenas de agradecimiento por su pasión, dedicación y entrega. Varios de sus exjugadores y colegas recordaron las enseñanzas que Sarmiento dejó, como la importancia de jugar con el corazón y de enfrentar los retos con valentía. No faltaron las anécdotas que sacaron sonrisas entre los presentes: historias de entrenamiento, de partidos intensos y de los momentos en que, con su característico temple, Sarmiento sacaba lo mejor de sus jugadores, confiando en cada uno de ellos.
En el ambiente, entre los cánticos litúrgicos y las oraciones, se sentía un profundo respeto hacia el hombre que, desde joven, mostró una gran pasión por el deporte y que, con el paso de los años, se convirtió en una figura paternal y un ejemplo a seguir. En este último adiós, Medellín, su ciudad, le rendía tributo, reconociendo la grandeza de su vida y su legado.